1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Cáncer y deporte

Investigadores alemanes comprobaron a través de una serie de estudios que el ejercicio físico tiene un efecto muy positivo en pacientes oncológicos. A pesar de ello muchos enfermos temen la actividad.

Combatiendo el cáncer con deportes.
Deporte contra el cáncer.Imagen: Klinikum rechts der Isar

En Alemania se diagnostica cáncer en unas 430.000 personas por año. Un diagnóstico devastador que hace que muchas personas se retraigan y caigan en una inactividad total. Un craso error, según comprobaron científicos de la Escuela Superior de Educación Física de Colonia. El investigador deportivo Freerk Baumann dirige un grupo de trabajo en la Universidad de Colonia dedicado a estudiar los efectos del deporte luego de una terapia cancerígena. Si bien los estudios han revelado resultados claramente positivos, a muchos pacientes les resulta difícil emprender una actividad física.

Según Baumann el primer obstáculo a superar es el miedo de los propios pacientes a realizar una actividad física. “Nuestros estudios revelan que los pacientes reducen su actividad física en un 30 por ciento, apenas conocen el diagnóstico. Pero esto es lo peor que puede hacer un enfermo de cáncer. En estos casos no hay nada más arriesgado que la pasividad”, opina el experto.

Distintos ejercicios para cada cáncer

Para aminorar el miedo de los pacientes, cada uno de ellos debe someterse primero a una serie de tests psicológicos, así como análisis de sangre y electrocardiogramas de esfuerzo, para evaluar la aptitud física individual. En el inicio la terapia física es acompañada por médicos, psicólogos, científicos deportivos y fisioterapeutas. El Dr. Freerk Baumann y su equipo han observado que “luego de haber hecho algunas unidades en compañía de expertos, los pacientes se deciden rápidamente a seguir haciendo ejercicio por cuenta propia.”

Pero, cada cáncer requiere un tipo de ejercicio particular. Hay que tener en cuenta efectos secundarios como, por ejemplo, la alteración del ritmo cardíaco, provocada por la quimioterapia o el debilitamiento del sistema inmunológico en un paciente de leucemia. Por ello, Freerk Baumann y su grupo de trabajo han realizado una serie de estudios para detectar cuál puede ser el programa físico ideal para reducir los efectos secundarios del cáncer y de las terapias. ¿A partir de qué punto se recomienda al paciente descansar y cuidarse? Los investigadores estudian además la acción recíproca entre terapia física complementaria y ciertos medicamentos.

A pie y en bicicleta

Los proyectos lanzados por Baumann van desde un entrenamiento sencillo para pacientes de cáncer de mama durante la quimioterapia, hasta excursiones de varios días a pie o en bicicleta, como programa posterapia. Muchos pacientes han recorrido así 500 kilómetros, atravesando los Alpes hasta llegar a Venecia o 1.400 kilómetros en bicicleta desde Colonia a Marsella. Elisabeth Braun es una de las férreas caminantes. Hace seis años le fue diagnosticado cáncer de mama y ya incluso antes de iniciar la quimioterapia empezó a practicar el “nordic walking”. Al poco tiempo peregrinó a Santiago de Compostela, junto con el equipo de Freerk Baumann.

Luego del peregrinaje la paciente se sometió auna serie de estudios cuyo resultado positivo le confirmó que “hacía bien en moverme lo más posible.” Hoy Elisabeth Braun está curada y convencida de que esto se debe también al efecto positivo del deporte. “Creo que de no haber hecho deporte me habría aislado mucho más. Así nunca estuve sola e incluso creo que hoy soy mucho más ágil y deportiva que antes de la enfermedad,” afirma esta mujer de 57 años de edad.

La idea de que el deporte es una buena terapia complementaria para tratar el cáncer es cada vez más aceptada. Sin embargo, faltan aún programas correspondientes financiados por la seguridad médica. Actualmente hay en Alemania unos 7.000 grupos deportivos para cardíacos y sólo 950 para pacientes cancerígenos. Freerk Baumann sueña con que algún día haya una oferta de calidad accesible para todos los pacientes oncológicos. El investigador aspira que gimnasios especializados o clínicas de rehabilitación permitan a los pacientes entrenarse también fuera de la terapia oncológica fija. “Todavía no existe una oferta duradera. Es imprescindible que trabajemos en eso,” concluye Baumann.

Autor: Andreas Sten-Ziemons / Valeria Risi

Editor: Pablo Kummetz