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Eurodinámica: Diagnóstico Genético de Pre-implantación

El Diagnóstico Genético de Pre-implantación (DGP) ha revivido en Alemania un viejo debate, sin que se llegue a una decisión definitiva. José Ospina Valencia les cuenta de qué se trata y describe el marco político actual.

Una prueba de ADN es tomada de una célula madre.Imagen: AP

En Alemania rige, hasta ahora la Ley de Protección del Embrión, que autoriza la fecundación artificial sólo si tiene como fin la reproducción, pero la aplicación del Diagnóstico de Pre-implantación sigue siendo prohíbido. Algunos dicen que los exámenes genéticos a embriones le abrirían las puertas a la selección genética y a la posible eliminación de vida humana. Pero ¿qué es el DGP?

En los procedimientos de tecnología de reproducción asistida como la fertilización in vitro, se genera un embrión en un entorno de laboratorio y luego es transferido al útero de la mujer. Para algunas parejas, en especial para las que tienen riesgo de enfermedades hereditarias, pueden surgir interrogantes acerca de la salud genética de esos embriones. La técnica de Diagnóstico Genético Pre-implantación (DGP) puede brindar algunas respuestas.

En Alemania empero hay grandes reservas confesionales, como lo expresa Julia Klöckner, líder cristianodemócrata del Estado Renania Palatinado:

“Mi fe y mi lógica me dicen que la vida es un regalo de Dios ofrecido bajo ciertas condiciones. No debiéramos cambiar el empaque de ese regalo.”

En el DGP, los embriones obtenidos a través de un procedimiento de in vitro son analizados para detectar defectos hereditarios antes de ser transferidos. Una o dos células de un embrión de 8 células (aproximadamente de 3 días de vida) son extraídas utilizando una pipeta.

Estas células son examinadas y el resultado puede obtenerse en el curso de un día. Luego del diagnóstico, solamente se transfieren los embriones no infectados. En algunos países el DGP sólo es utilizado en escala limitada, y sólo entonces, en casos de enfermedades severas, que se puedan indagar y con un alto riesgo de recurrencia.

No todos los políticos conservadores rechazan el Diagnóstico Genético de Pre-implantación. El secretario de Estado del ministerio de Economía, Peter Hinzte, por ejemplo, es un abanderado de la DGP sin desconocer sus riesgos:


“Lo mejor del mundo es que nadie ni nunca tuviera que interferir en los procesos naturales. Pero la vía más humana es hacerlo en una pipeta.”

En España, en donde se permite – con restricciones – el uso del DGP algunos padres han buscado escoger el sexo de los embriones según si querían tener un niño o una niña, pero esas han sido excepciones.

En Alemania, por lo pronto, el partido de la canciller rechazó recientemente por mayoría el DGP. Lo que no quiere decir que no pueda ser aprobado por una mayoría parlamentaria, cuando el caso llegue al Bundestag. La misma ministra para la Familia y la Mujer está a favor de una aprobación:

“El DGP puede ser una ayuda para evitar los conflictos de un embarazo problemático. El DGP puede evitar nacimientos de bebés muertos y abortos”.

Las técnicas de diagnóstico pre-implantación representan una alternativa del diagnóstico prenatal, logrando establecer alteraciones genéticas en los pre-embriones antes de ser implantados en el útero materno. Para su aplicación requieren de la combinación de programas de reproducción asistida y biología molecular, y es lo bastante sensible y segura, lo que permite detectar un número considerable de patologías genéticas frecuentes.

Cada persona tiene en su genoma en promedio entre 50 y 100 variantes genéticas para enfermedades hereditarias. "Que uno posea un gen mutado no significa automáticamente que desarrolle una enfermedad", dice Ralf Sudbrak, del Instituto Max Planck de Genética Molecular, desde Berlín. La aparición de una enfermedad ocurre por una combinación de predisposición genética e influencia ambiental.

El fisiólogo británico, Robert Edwards, ganó justamente el Premio Nobel de Medicina 2010 porque ayudó a revolucionar el tratamiento de la infertilidad humana.

Autor: José Ospina-Valencia

Editora: Emilia Rojas