Europa y China: ¿aislarse o abrirse?
Aparentemente, los inversores chinos se han encaprichado con Europa. Según un estudio conjunto del Mercator Institute for China Studies (MERIC) y el Rhodium Group, alrededor de 40 mil millones de dólares de capital chino fluyerona Europa en 2016. Esto equivale a un crecimiento del 77% en comparación con 2015. Cerca de un tercio de las inversiones recayó en Alemania. Sobre todo la adquisición de Kuka, empresa fabricante de robots industriales de Augsburgo (4.600 millones de euros), y de la empresa muniquesa de máquinas KraussMaffei (mil millones de euros) acaparó los titulares.
Jörg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, no está sorprendido del apetito empresarial chino. Y es que existe una correlación entre las exportaciones y las inversiones. Los grandes exportadores, como Alemania, son por regla general también grandes inversionistas. Hay sobre todo un motivo por el que los inversores chinos se mostraron tan cautelosos durante mucho tiempo: "Simplemente no tenían suficientes ejecutivos para integrarlos en sus propias estructuras cuando se producía una adqusición empresarial en el extranjero”, dice Wuttke. China está ahora más segura de sí misma y cierra el agujero que el país había dejado como gran exportador, según Wuttke.
Mirar las inversiones chinas con lupa
Si solo se tratara de la necesidad natural de recuperar terreno perdido, no habría problema. Pero en la Cámara de Comercio de la UE en Pekín existe la preocupación de que crezca la influencia del Estado chino en Europa por el aumento de las inversiones. En un estudio, que se presentará el 7 de marzo, dicha cámara exige que se mire con lupa las adquisiciones que llevan a cabo empresas estatales chinas, al servicio de la política industrial de ese pa´si. La clave de esta política es la llamada estrategia "Made in China 2025” cuyo objetivo para los próximos años es pasar de ser el "taller del mundo” a convertirse en nación de alta tecnología. "¿Queremos en Europa más influencia estatal después de haber trabajado durante décadas para mantener a nuestro propio Gobierno al margen de los negocios?'”, pregunta Wuttke y responde: ”No queremos ser parte de un plan quinquenal chino. Eso lo debería hacer China en su propio país”.
No solo la cámara de comercio en China insiste en que haya un proceso de monitoreo mucho más exigente, sino también la esfera política. Recientemente, los ministros de Economía de Alemania, Italia y Francia advirtieron en una carta a la Comisaria de Comercio de la EU, Cecelia Malmström, de la venta del "know-how” de la UE. Los ministros exigen una herramienta para evitar las inversiones de países no pertenecientes a la UE en caso de que el inversor reciba apoyo estatal y esa inversión forme parte de un programa estatal o no se cumpla el principio de reciprocidad. Eso ocurre si en el país de origen del inversor, los extranjeros no tienen acceso al mercado sin restricciones.
Esto sucede también con China. El Gobierno de Pekín no oculta que protege a sus industrias clave y se aprovecha del estatus de país en vías de desarrollo. Jörg Wuttke no está de acuerdo con ese argumento: "China es el mayor mercado automovilístico del mundo. En algunos ámbitos son los líderes del mercado. Entonces, nos preguntamos: ¿Cuánto tiempo va a seguir usando el argumento de que es un país en vías de desarrollo?”.
Reducción drástica de las inversiones en China
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), China sigue siendo uno de los países cuya economía es hermética. Para el presidente de la Cámara de Comercio de la UE, este es uno de los motivos por los que las inversiones europeas en China en 2016 se redujeron casi un 30% en comparación con 2015.
Entretanto, China envía una señal de buena voluntad. El presidente chino, Xi Jinping, habló en Davos a favor de la globalización y después se emitió un documento según en cual China relajará las restricciones a inversores extranjeros en el ámbito de los bancos, las aseguradoras, la industria de producción y la minería. El texto añade que "las áreas sensibles, como la telecomunicación, internet, cultura y educación se abrirán de manera ordenada”.