Indignación en el básquetbol en silla de ruedas
"Estoy devastada y también enfadada por esta decisión", dijo la australiana Annabelle Lindsay a DW. La joven de 22 años es una de los nueve jugadores de básquetbol en silla de ruedas a quienes se les informó recientemente que el grado de su discapacidad, según las reglas de clasificación del Comité Paralímpico Internacional (CPI,) ya no es suficiente para competir en los Juegos Paralímpicos.
Hoy se ve a sí misma al final de su carrera deportiva y ahora quiere concentrarse en su formación profesional. "Soy físicamente incapaz de practicar un deporte no discapacitado, pero no se me considera lo suficientemente 'discapacitada' como para participar en los deportes paralímpicos", dice Lindsay.
"Nos rompe el corazón"
Hasta la primavera de 2016, Lindsay fue considerada la estrella en ascenso del básquetbol femenino australiano. Tenía una beca en una universidad de EE. UU. y soñaba con una carrera en la WNBA, la liga profesional femenina de Estados Unidos. Hasta que un día se dislocó la rodilla derecha, lo que significó el final de su carrera "convencional" en el básquetbol. Entonces Lindsay cambió a modalidad en silla de ruedas y se clasificó con el equipo nacional australiano, las "Australian Gliders", para los Juegos Paralímpicos de Tokio.
"Creo que es muy injusto declarar a un atleta no apto para los Juegos tan solo unas tres semanas antes de la fecha en que originalmente estaba planeado su inicio", dice la australiana, "a pesar de que hemos sacrificado nuestras vidas en los últimos cuatro años para entrenar específicamente para los Juegos Paralímpicos de 2020 en Tokio". Su compañera de equipo de 17 años, Teisha Shadwell, también fue descartada por el CPI. "Nos rompe el corazón", dijeron otras jugadoras de las "Australian Gliders".
Además de las dos australianas, el CPI excluyó de los Juegos Paralímpicos a la alemana Barbara Groß, la holandesa Dagmar van Hinte, la española Genoveva Tapia, el canadiense David Eng, el turco Cem Gezinci y el británico George Bates. Aún no se sabe quién es la novena persona.
Algunos de los afectados pueden mirar en retrospectiva una larga carrera paralímpica. David Eng, por ejemplo, participó en los últimos cuatro Juegos Paralímpicos, ganó dos medallas de oro y una de plata representando a Canadá y llevó la bandera canadiense en la ceremonia de apertura de los Juegos de 2016 en Río de Janeiro. La indignación en el básquetbol en silla de ruedas tras la decisión del CPI de excluir a estos atletas por las llamadas "discapacidades mínimas" es generalizada en todo el mundo.
Federación Internacional de Básquetbol en Silla de Ruedas (IWBF): Escalada sin previo aviso
"La unión de la familia del básquetbol en silla de ruedas es grande, y eso también es bueno", dice Ulf Mehrens, Presidente de la Federación Internacional de Básquetbol en Silla de Ruedas (IWBF por sus siglas en inglés).
A finales de enero, el CPI había amenazado a la IWBF con retirar el básquetbol en silla de ruedas de los Juegos Paralímpicos si la federación no implementaba de inmediato el método de clasificación adoptado por el CPI en 2015. "Se nos dijo sin previo aviso: suspendidos para Tokio y París, a menos que cumplan con nuestras condiciones", dice Mehrens.
Durante décadas, el básquetbol en silla de ruedas ha sido considerado un deporte modelo en términos de inclusión. Un sistema de puntos garantiza que la participación de personas con discapacidades mínimas no altere la competencia. A nivel nacional, incluso las personas no discapacitadas pueden jugar, pero esto no se aplica a las competiciones internacionales. "Nuestro método de clasificación ha estado en vigor desde 1982 y nunca ha sido objetado", dice Mehrens. Incluso el entonces presidente del CPI, Sir Philipp Craven, jugó un papel importante en ello, dice. "Esto es una farsa en sí misma".
Los Juegos Paralímpicos son excluyentes
"La lucha de poder entre el CPI y la IWBF jugó probablemente un rol", dice el profesor de la Escuela Superior de Deportes de Alemania ,en Colonia, y experto en Paralímpicos, Thomas Abel. "Tal vez la situación no debió escalar así en primer lugar y se pudo haber mostrado un poco más de sensibilidad." Sin embargo, el científico no ve ningún daño significativo a la inclusión como resultado de la decisión del CPI. "... nada cambia realmente, todavía se puede participar en los campeonatos nacionales como persona común y corriente", dice Abel.
Agrega que los Juegos Paralímpicos tienen "una importancia excepcional para la inclusión", pero que son excluyentes: "Los participantes deben tener una discapacidad mínima, de lo contrario no tienen derecho de participar en los Juegos Paralímpicos". Esto es intencional y absolutamente correcto. El hecho de que atletas como Barbara Groß, quien se clasificó para los Juegos de Tokio, sean excluidos poco antes de los Juegos, también es considerado por Abel como "muy desafortunado": "Tal vez la federación debe admitir: 'Está bien, estamos fuera del método de clasificación del CPI con estos atletas, pero se les debería excluir después de los Paralímpicos de Tokio".
¿Igualdad de derechos para todos?
Sin embargo, el CPI rechazó justamente esta petición por parte de la IWBF. "Fue rechazada categóricamente y sin justificación", dice el presidente de la federación, Mehrens. Al respecto, el CPI dijo a DW que siempre "es posible que los atletas (en cualquier deporte paralímpico) sean catalogados como no elegibles antes de los Juegos, incluso si participaron en instancias clasificatorias".
Sin embargo, en el verano de 2019, el CPI acordó con la Federación Internacional de Tenis (ITF por sus siglas en inglés) una modificación transitoria a la regla para los jugadores en silla de ruedas que clasifiquen según el nuevo método del CPI. Si estos atletas hubieran sido elegibles en virtud de las "reglas de calificación anteriores", se les permitiría "participar en las competiciones hasta el final de la temporada de 2020 (incluidos los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020)", anunció la ITF en agosto de 2019. "Que existan dos interpretaciones diferentes está completamente fuera de mi alcance", dice Mehrens, presidente de la IWBF.
Continúa a lucha contra la decisión del CPI
Según Mehrens, es su "maldito deber" seguir luchando para que los nueve jugadores de básquetbol en cuestión puedan participar en los juegos de Tokio, pospuestos hasta 2021. Su federación cumplirá los requisitos del CPI para los próximos dos Juegos Paralímpicos, dijo. Al mismo tiempo, sin embargo, intentará "construir un entorno internacional para seguir defendiendo la idea de inclusión". La federación se esfuerza por dialogar con el CPI sobre la ampliación de los métodos de clasificación, dijo Mehrens.
George Bates, uno de los nueve atletas rechazados por el CPI, se niega a aceptar su exclusión de los Juegos Paralímpicos. "No puedo entender esta decisión. He sido discapacitado durante 15 años, y durante diez años he dedicado mi vida a este deporte", dice el jugador británico. Bates quiere luchar por su debut paralímpico junto con los otros atletas discapacitados. "Porque no está bien lo que está pasando aquí."
(ee/er)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |