1° de mayo: pro y contras del sistema
1 de mayo de 2009Frankfurter Allgemeine Zeitung, de Fráncfort del Meno: “Ninguna expresión fue tan repetida como la de ‘capitalistas de casino’, haciendo referencia a aquellos que habrían provocado el desastre. Ahora, todos dicen haber advertido siempre (del peligro), incluyendo a aquellos sindicalistas que, en su calidad de integrantes de los consejos de supervisión de las empresas, co-autorizaron finiquitos ‘indecorosos’ y aplaudieron a los ejecutivos que alcanzaban sus metas de ganancias. Quien habla de un fracaso del sistema, como (el jefe de la confederación sindical alemana DGB) Sommer, no deberían callar acerca de su propia responsabilidad en ello y, sobre todo, no deberían poner en tela de juicio un sistema que, como ningún otro, fomenta el contrapeso sindical. La fuerza no emana del número de participantes en las manifestaciones, que este año incluso fue inferior al de los anteriores, sino de la capacidad de utilizar el poder sindical de manera responsable”.
Exceso de tranquilidad
Frankfurter Rundschau, de Fráncfort: “Es dudoso que las fórmulas utilizadas por los políticos para calmar a la población den resultado. Ellos gustan de decir que tenemos un estado social, razón por la cual no hay motivo para rebeliones. Pero olvidan que ellos mismos han dañado ese estado social; quizá en tal medida que la tranquilidad llegue a su fin cuando más personas perciban dicho daño. Algunos políticos presienten que las cosas podrían volverse incómodas e intentan amedrentar a la gente con un concepto amenazador como el de los disturbios. Pero, ¿quién está diciendo que hayan de surgir de inmediato el caos y la violencia? (...) Como demócratas, nuestros políticos deberían temerle a otra cosa. Ralf Dahrendorf, un gran liberal, lo dijo en estos términos: cuando la situación es verdaderamente grave, la gente se pone apática. ¿Cuándo advierte alguien de un exceso de quietud en el país?”
Marchas neonazis
Stuttgarter Zeitung, de Stuttgart: “Las marchas de la extrema derecha son una advertencia. Porque la mayoría aún no ha sentido en carne propia todo el impacto de esta crisis. La prueba de fuego todavía está por venir. No hay duda de que la sociedad está bien preparada y no hay rastros de efervescencia social, tampoco este 1 de mayo. Pero, a pesar de eso, los partidos democráticos no deberían limitarse a perseguir sus legítimos objetivos de poder, sino promover más que de costumbre la confianza en este sistema político y su fiabilidad. Los nazis acechan su oportunidad. No deben recibirla.”