89º Tour de Francia
6 de julio de 2002Con la salida del debutante francés Stéphane Augé , comenzará en Luxemburgo la 89 edición de la Vuelta Ciclista a Francia. Los 189 participantes, repartidos en 21 equipos, aspiran al trono que Lance Armstrong pone en juego. ¿ Invencible? La pregunta se repite en todas las conversaciones en torno al Tour y se refiere, por supuesto, a Lance Armstrong, quien ha declarado que teme fundamentalmente a los equipos españoles, con mención especial para el Kelme y el Once.
El líder del equipo U.S. Postal fue el primero en mostrar su preocupación por la aparente falta de contrincantes de fuerza este año y de que gran parte del interés de la carrera se concentrará en él. Sin la presencia de los rivales que le han derrotado en el pasado y sin los ciclistas que se supone, podrían ser futuras amenazas, el corredor tejano estará más expuesto que nunca en la carrera que comienza el sábado en Luxemburgo.
El dopaje ha cobrado su precio
Armstrong, un defensor a ultranza del Tour de France y ganador de la ronda por tres años consecutivos desde 1999, afirmó que la larga lista de ausencias es una pena, ya que refleja la crisis que ha sacudido al ciclismo en los últimos años. Los casos de dopaje han cobrado su precio. El italiano Marco Pantani, cuyo equipo, Mercatone Uno, no calificó en la carrera este año, está suspendido por dopaje. Pantani reclamó ser inocente, pero su carrera ha estado salpicada de escándalos desde que ganó el Tour, en 1998. Su victoria aquel año estuvo eclipsada por el mayor escándalo de dopaje en la historia del Tour al ser expulsado el equipo Festina en su totalidad. Pantani fue expulsado del Giro de Italia en 1999 cuando era líder, por no pasar una prueba de hematocritos en la sangre.
Ullrich confiesa que tomó anfetaminas.
El archirrival de Armstrong en los últimos años ha sido el alemán Jan Ullrich, de 28 años, quien acabó segundo en tres ocasiones, en 1998, 2000 y 2001. El ganador de la edición de 1997 y actual campeón olímpico en carretera se lastimó una rodilla y había renunciado ya a su participación en la vuelta este año. Pero una prueba de anfetaminas que arrojó resultados positivos podría provocarle consecuencias aún mas graves. Según el ciclista, la noche anterior al control antidopaje estuvo en un bar donde bebió alcohol y luego alguien le ofreció dos tabletas de éxtasis. "Fue una tontería, dijo, estaba frustrado por la lesión en la rodilla y había caído en una crisis personal." Ullrich negó con ello el haberse dopado sistemáticamente. Ahora le espera al ciclista una multa y una suspensión de hasta 12 meses en los que no podrá tomar parte en ninguna competencia.
Su ausencia refleja, a los ojos de expertos en ciclismo, una de las grandes pérdidas para el deporte. Con un título del Tour, una victoria en la Vuelta, una medalla de oro olímpica y un título mundial de contrarreloj, ha demostrado ser uno de los ciclistas con mayor talento natural. Sin embargo sus logros han sido menos de lo que se esperaban cuando ganó la vuelta de Francia. Ullrich ha sido acusado de no entrenar lo suficiente y andar demasiado de fiesta en fiesta. Un incidente reciente le costó perder su licencia de conductor durante un año y una multa equivalente a 70 días de su salario por darse a la fuga tras un accidente de tráfico. Ullrich conducía borracho su Porsche 911 y, tras una extraña maniobra, chocó contra una balaustrada en pleno centro de Friburgo. El ciclista afirma ahora que todo esto ha sido una estupidez, que se siente altamente motivado para disciplinar su vida y levantarse nuevamente.