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A menor cacao, menor felicidad

Mirra Banchón7 de agosto de 2003

Los europeos a los que comer chocolate hacía feliz, la tendrán difícil. Los aminoácidos de la felicidad se encuentran en la manteca de cacao. Precisamente lo que puede reemplazarse, según la nueva ley de la UE.

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¿Sabrá del futuro menos radiante que le espera?Imagen: Illuscope

Una encuesta reciente asevera que el chocolate es, por lo menos en Alemania, una ayuda imprescindible en todas las situaciones de la vida: a una de cada cuatro mujeres y a uno de cada cinco hombres los ataca unas ganas irresistibles de comer chocolate cuando quieren mimarse, o consolarse por algo. Y es que el chocolate hace feliz -es la opinión generalizada que la ciencia corrobora. La manteca de cacao contiene aminoácidos que se transforman en el cerebro en serotonina, la hormona de la felicidad.

A partir de ahora, sin embargo, los que no se fijen muy bien en los componentes de la barrita o los bombones, se sentirán menos contentos que antes, pues en estos días entra en vigor la ley marco de la Unión Europea que permite reemplazar la valiosa manteca por grasas vegetales menos costosas, como la de aceite de palma o de coco.

Una cuestión de porcentaje

En Alemania, hasta que entró en vigencia la nueva ley-marco de la Unión Europea, no era permitido fabricar chocolate que no contuviera manteca de cacao. Lo que se denominaba "chocolate", debía serlo. Todo lo otro llevaba el nombre de "imitación" o "fantasía" de chocolate. El nuevo reglamento permite que el "chocolate" contenga hasta un 5% de otras grasas, diferente de la manteca de cacao. En Inglaterra y los países escandinavos ya se engañaba al consumidor; ahora lo engañarán por igual en todos los países de la Unión.

Fieles a la pureza

Kakao
Imagen: TransFair

Ni los belgas ni los suizos, sin embargo, quieren jugarse su reputación de excelentes `chocolatiers´ y `praliniers` utilizando productos de inferior calidad. Así, el portavoz de los Organización Real Belga para la Industria de Galletas y Chocolates declaró, que para diferenciarse del resto del mercado, ellos seguirán entregando al cliente un producto de alta calidad que contenga exclusivamente manteca de cacao, el cual irá marcado con el letrero "verdadero chocolate".

Los grandes fabricantes de chocolates, como Mars y Kitkat, no ocultan su dicha, y aducen que es, en últimas, el cliente el que determina, con su paladar, qué producto quiere consumir. Aseveran que el sabor viene del polvo de cacao, a lo cual un afamado chocolatero belga, cuya empresa tiene una tradición de más de 150 años, responde que "basta dejar derretir lentamente un poquito de manteca de cacao en la lengua para saber de dónde viene el sabor"..

Varias son las opciones, entonces, para el cliente del chocolate de verdad: consume chocolate belga o suizo; se fija bien en los componentes enunciados en el envoltorio, o se alegra de pagar menos por un producto de menor calidad. Lo que sí está claro es que si opta por lo último, sentirá un poco menos de felicidad.