¿A río revuelto ganancia para Sarkozy?
25 de noviembre de 2007A río revuelto ganancia de pescadores. El viejo dicho se puede aplicar muy bien en el ámbito de la política internacional, como lo demuestra el anuncio del presidente francés, Nicolas Sarkozy, en declaraciones realizadas previa partida a China. En estas indica que quiere “aprovechar las tensiones entre Pekín y otros países” para fortalecer la posición de Francia. Su cometido se cumplirá especialmente durante su reunión con el presidente chino, Hu Jintao, el lunes 26 de noviembre.
“Otros países”, con lo que se refiere en primera línea a Alemania. Las relaciones germano-chinas atraviesan una dura crisis por el momento. Pekín critica el hecho de que la canciller alemana, Angela Merkel, recibiera en septiembre pasado al Dalai Lama en la cancillería en Berlín, sólo dos semanas después de su visita oficial a China.
Las relaciones bilaterales registraron a causa de esta recepción un duro golpe. Representantes del Gobierno chino cancelaron diversas reuniones en Alemania. En el ámbito económico germano reinó preocupación de que la vista del Dalai Lama pudiera repercutir negativamente en los negocios con el gigante asiático.
La directora de la Cámara de Comercio Alemana (AHK) en Pekín, Jutta Ludwig, registró las tensiones. En la prensa se podía leer lo “profundamente dolidos” que estaban los chinos.
AHK: mediana industria ilesa
Sin embargo no se han registrado hasta el momento ningún tipo de repercusiones directas sobre las cooperaciones de las empresas aglutinadas en la AHK. “Con nosotros están especialmente empresas medianas y en su caso la política no tiene una influencia muy grande”, explica Jutta Ludwig. Según su análisis los chinos se comportan de forma sumamente racional en lo que a negocios se refiere y no se guían por conceptos políticos sino por intereses pragmáticos.
Los expertos indican que puede haber una influencia política en el comercio chino-germano en aquellos negocios en los que hay participación del sector público. En este campo las relaciones políticas bilaterales pueden tener cierta repercusión en la concesión de contratos. Pero también en este caso no hay motivo para que cunda el pánico, en opinión de Ludwig.
Energía nuclear y aeronaves
Sarkozy tiene en la mirilla industrias económicas altamente politizadas. Anunció que quiere cerrar grandes negocios especialmente en el campo de la energía nuclear con fines pacíficos así como en el ámbito de la industria aeroespacial.
Las cuestiones relacionas con los derechos humanos se enfrentan a los intereses económicos. Una vieja canción, que en esta ocasión suena distinta: esta vez China enfrenta a dos naciones amigas. Y Sarkozy le sigue la corriente. El presidente francés ha optado claramente por los intereses económicos, como lo demuestran sus declaraciones antes de partir a China. Lo acompañan en su gira una enorme delegación de 40 empresarios de alto calibre. Su secretaria de Estado para Derechos Humanos, Rama Yade, no lo acompaña; hecho contra el que ha protestado de forma pública. En una entrevista Yade advirtió que se notará su ausencia en Pekín.
Yade recibe apoyo de la Liga Internacional de Derechos Humanos (FIDH), quien exhortó al presidente francés en una carta abierta enviada antes de su partida, a tratar de forma abierta la problemática de derechos humanos en China. Isabel Brachet, la encargada de derechos humanos de la FIDH espera que el presidente Sarkozy toque algunos temas sensibles como el de la pena de muerte durante su visita.
No hay cabida para derechos humanos
La “Rupture”, como se llama a la promesa de Sarkozy de un nuevo inicio en la política francesa, aún es posible por lo menos simbólicamente dependiendo de cómo ponga los acentos el presidente durante su gira, según Brachet, que más bien se muestra poco optimista al respecto.
También el experto alemán en China, Eberhard Sandschneider, de la Sociedad Alemana para Política, cree que París no dará gran prioridad en este momento al tema de los derechos humanos con tal de sacar provecho a la visita a Pekín. Sandschneider indica que el Gobierno chino ha recalcado que Francia es su principal socio en Occidente. Esto demuestra que Francia, a pesar de una presunta estrategia china común, se prepara para “cosechar los frutos desperdiciadas por Alemania”.
Y los frutos chinos son seductores. “El eldorado chino atrae masivamente a las empresas francesas y tenemos que esforzarnos para compensar el rezago” se escuchó la semana pasada en el Palacio Eliseo en París. De hecho Francia se encuentra por detrás de Alemania en lo que a exportaciones a China se refiere. El año pasado las empresas franceses exportaron productos y servicios a China con un valor de 10.800 millones de euros. La economía alemana exportó 27.500 millones de euros.