Abran paso, que viene Alemania: 4-0 a Portugal
16 de junio de 2014
Es lo que se espera de un partido con dos favoritos, con equipos repletos de estrellas y que practican un fútbol agresivo, vistoso y atractivo. Los más de 50.000 espectadores que llegaron hasta el Arena Fonte Nova de Salvador este lunes (16.06.2014) pueden decir que estuvieron en un partido de categoría mundial, que nunca perdió intensidad, a pesar de la enorme superioridad mostrada por uno de los equipos.
Ese equipo fue Alemania. Se suponía que sería un partido estrecho, donde la disputa del mediocampo sería vital. Nadie imaginaba que las distancias entre ambos planteles serían tan grandes. Incluso en la posesión del balón Alemania obtuvo una ventaja descollante sobre los hombres capitaneados por Cristiano Ronaldo: 55 por ciento contra 45 por ciento. Cuando la máquina alemana se aceita, es difícil detenerla.
Comenzó todo temprano, para tranquilidad de los fanáticos germanos. Ya en el minuto 10, cuando los dirigidos por Joachim Löw ya habían llegado un par de veces, una entrada de Mario Götze fue detenida con presunta falta dentro del área. Penal y gol canjeado por Thomas Müller, que a la postre se convertiría en la estrella del compromiso. Götze, por cierto, ya era una pesadilla para la defensa portuguesa.
Huracán blanco
El vertiginoso juego alemán sencillamente borró de la cancha en los primeros 25 minutos a un plantel portugués que no podía entender qué sucedía. Replegados en su propio sector, los dirigidos por Paulo Bento apostaron al contragolpe por medio de las explosivas salidas de un Cristiano Ronaldo apagado, quizás bloqueado por la pegajosa marca de Jerome Boateng. La única llegada de riesgo portuguesa estuvo en los pies de Ronaldo, cuyo cañonazo fue rechazado por el portero Manuel Neuer. Luego un disparo de Nani. Poco más.
El partido fue frenético en la mitad del campo. En el minuto 30, Götze tuvo el 2-0, pero su remate fue rechazado al córner por la defensa portuguesa. De ese lanzamiento de esquina vino el segundo gol alemán. El tiro fue cabeceado magistralmente por Mats Hummels. Los alemanes no podían creerlo, el partido se les daba con inesperada facilidad. Las cámaras de la transmisión oficial enfocaron entonces a la canciller Angela Merkel, presente en el estadio, aplaudiendo de pie, sonriente.
El partido tomó otro curso tras la expulsión de Pepe, quien dio un manotazo a Müller y luego se acercó para darle un cabezazo. Una muestra de la impotencia portuguesa que terminó perjudicando a un equipo que, de haber querido, todavía podría haber reaccionado. Pero con 10 y ante esta Alemania, difícil. Más difícil cuando, en los descuentos del primer tiempo, Müller conecta un centro y convierte el 3-0. A estas alturas, la defensa de Portugal es un colador por las bandas y Cristiano Ronaldo es un fantasma de sí mismo.
El segundo tiempo fue una repetición del primero, un monótono ir y venir de ataques alemanes y escasos intentos portugueses. Una pelota perdida en el mediocampo por Ronaldo casi termina en otro tanto alemán. Los blancos se generaron espacios y cerraron los huecos a un ataque portugués confundido, inerme, impotente. Para empeorar la jornada, el volante Coentrao se lesionó. Ronaldo intentó cambiar el destino con varios tiros de distancia, pero la historia ya estaba escrita. Faltaba solamente la firma de Müller, quien en el minuto 78 se convirtió en el solitario goleador del campeonato al anotar su tercer gol y hundir a Portugal en un 4-0 doloroso.
Cuando sonó el pitazo final, los alemanes se abrazaron. Al centro del campo, la cámara enfocó a Cristiano Ronaldo, que miraba a todas partes. Todavía no sabía por dónde se fue el huracán que arrasó con su equipo.
Diego Zúñiga