Nuevo complejo de lujo en Manhattan
17 de marzo de 2019Ya ha empezado a latir el nuevo corazón de Nueva York. En el distrito de West Village se construye desde hace diez años el complejo de lujo Hudson Yards, que promete reunir a amantes de las compras, la buena comida, así como a emprendedores en busca de un lugar moderno de trabajo. Entre discotecas y la vía del ferrocarril abandonada High Line se erigen desde ya cinco rascacielos de vidrio y acero, los cuales, según el promotor inmobiliario, "complementan de manera óptima la mundialmente conocida silueta de la ciudad”. El sexto edificio debería estar completado en 2021. La Avenida 11 de Manhattan atraviesa el complejo, que alcanza una dimensión de más de once hectáreas entre la calle 30 en el sur y la calle 34 en el norte.
El centro comercial de lujo ya recibe visitantes
La construcción de la ciudadela empezó en 2012. Finalmente, su ala este fue inaugurada este viernes 15 de marzo de 2019. A los pies de cuatro rascacielos de uso corporativo y uno de uso residencial se encuentra un centro comercial de lujo con más de 100 almacenes y restaurantes. Algunas marcas de renombre como Fendi, Dior y Louis Vuitton aseguraron su presencia con bastante anticipación. Un 15% del área comercial disponible se encuentra aún vacío, situación atribuible a la revolución digital en la distribución minorista. Sin embargo, los comerciantes involucrados disfrutan en Hudson Yards de una ubicación privilegiada con menores costos de operación que en la cercana Madison Avenue, puntualiza Ken Himmel, cerebro detrás del proyecto y amigo personal de Stephen Ross, cabeza del gigante de la construcción Related Group, vinculado a esta hercúlea tarea.
Related Group ganó en 2012 la licitación de la ciudad y MTA, la autoridad de transporte público de Nueva York, para la reconstrucción del areal. Cuatro años después se asoció con el desarrollador canadiense Oxford Properties Group, la dependencia inmobiliaria del fondo de pensiones Omers con sede en Toronto. En total, 25 billones de dólares han sido invertidos en Hudson Yards hasta el momento.
Financiación a través de impuestos
MTA, autoridad de transporte público de Nueva York, incrementó su monto de deuda en tres billones de dólares, con el propósito de alargar la línea 7 del metro de la ciudad hasta la Avenida 11. En superficie, se han creado parques y nuevas infraestructuras vehiculares. Los beneficios fiscales concedidos por el Estado de Nueva York a los desarrolladores también contribuyen a la financiación. Según un análisis de The New School, el aporte de la caja pública por este concepto se cifraría en casi seis billones de dólares. Irónicamente, el mercaderista online Amazon había renunciado a comienzos de año a sus planes de establecer su segunda sede central en Nueva York, tras la decisión del gobierno local de negarle un esquema de tributación preferencial.
Algunos de los inquilinos de Hudson Yards con mayor reputación se benefician doblemente de las rebajas fiscales. El administrador de capital Black Rock podrá ahorrarse 25 millones de dólares anuales, si cumple con la meta de generar hasta 2000 empleos en 10 años.
Riesgo ahuyentó inversionistas
A pesar de la prominencia de los constructores y promotores, muchos inversionistas descartaron en el pasado una posible participación en Hudson Yards. Tishman Speyer, primer ganador de la licitación, exigió sin éxito en 2008 a MTA la posibilidad de retirarse del proyecto en cualquier momento en caso de fracasar. A pesar del contexto de la crisis inmobiliaria, Related Group no planteó en ningún momento esta exigencia.
La promesa de cambiar el distrito de West Village para siempre
Desde ya se alerta acerca de la sobresaturación de la línea 7 del metro y de la explosión de costos de los espacios habitacionales individuales, cuyo alquiler supera hoy por hoy los 5000 dólares mensuales. Sin embargo, los neoyorquinos esperan con ansias esta renovación urbana, que significará una mayor calidad de vida y un incremento en las posibilidades de empleo y esparcimiento. Más de 24 millones de transeúntes anuales podrán revivir la vieja costumbre de disfrutar de un trozo de pizza o de una porción de crema helada en espacios metropolitanos.
(mov/jov)