Mitos y prejuicios en torno a la vacuna rusa en Argentina
26 de febrero de 2021¿Sí o no a la vacuna rusa? En Argentina, las opiniones están divididas. Y tras cada una de las opciones hay bastante más que argumentos puramente sanitarios.
Así, a pesar de la aprobación alcanzada por la vacuna Sputnik V en el ámbito científico, una parte de la población aún desconfía de ella. Por variadas cuestiones. Entre ellas, mitos, prejuicios, malentendidos, variables políticas, locales e internacionales, ideologías y geopolítica planetaria.
"En el imaginario colectivo hay cierta clase de guerra fría que sigue en pie”, donde Rusia es vista como "refugio contra el imperialismo estadounidense”, afirma en diálogo con DW Hinde Pomeraniec, autora del libro "Rusos de Putin"
"A esto hay que sumarle el tradicional secretismo ruso, la forma en que se saltan ciertas normativas internacionales, la mala fama por las formas de la democracia, que incluye atentados, crímenes y encarcelamiento de figuras opositoras”, agrega la periodista y escritora argentina.
Y hay más: "Si bien la ciencia rusa tuvo un lugar de relevancia durante algunas décadas, para mucha gente la idea de ciencia rusa que quedó, fue la decadencia de Chernóbil”, indica la autora.
"Hay una idea general de que todo lo que viene de Rusia tiene un costado oscuro, peligroso y de riesgo”, completa.
En el mismo sentido discurre el análisis del reconocido experto Claudio Ingerflom, doctor en Historia por la Universidad de París y director del Centro de Estudios de los Mundos Eslavos de la Universidad de San Martín, quien, como una de las principales causas de la desconfianza, señala: "Los anuncios de la vacuna rusa fueron realizados por el poder político y no por los profesionales de la salud”.
Y esto en Argentina, así como en otros países, basta para despertar desconfianza. "Los argentinos, más allá de sus simpatías partidarias, están vacunados contra las élites políticas”, explica el académico.
Campaña contra la vacuna rusa
Pero, además, la mayoría de los expertos coincide en que ha habido incluso una campaña contra esta vacuna. Para Ingerflom, fue "orquestada por los políticos de derecha”.
¿Las razones? "En primer lugar, si el gobierno de centro-izquierda peronista dice "la Tierra es redonda”, la derecha afirma que es plana”, indica irónico el experto.
Pero también, debido a una "mezcla de racismo étnico y social que caracteriza a las élites económicas y sociales argentinas que confluye con esa imagen de 'rusos, igual bárbaros' fabricada en Europa occidental”, según el profesor.
Así, en Argentina se habrían dado cita también cuestiones originadas fuera de sus propios límites.
"Desde hace siglos existe una tradición, sobre todo en Europa, que atribuye a Rusia aquellas prácticas que son reprobadas en su propio territorio”, afirma Martín Baña, profesor adjunto en la cátedra de Historia de Rusia de la Universidad de Buenos Aires e investigador del CONICET, consultado por DW.
"El triunfo del comunismo luego de 1917 y el auge de la Guerra Fría en el siglo XX no hicieron más que aumentar la dosis de prejuicios”, agrega.
Prejuicios a la orden del día
"Con el anuncio de la vacuna Sputnik parecieron reactivarse algunas de estas actitudes prejuiciosas”, analiza Baña desde Buenos Aires.
"Las primeras reacciones que se hicieron sentir en los medios de comunicación y en las redes sociales fueron la desconfianza y el rechazo, con frases como 'me van a aplicar un chip para controlarme' o 'me van a inyectar el comunismo'”, ejemplifica.
Ahora bien, no todo es desconfianza para la vacuna Sputnik V. "También están aquellos que, confundiendo a la actual Rusia con la ex URSS, celebran cualquier cosa vinculada al Kremlin como un triunfo del progresismo”, aclara Pomeraniec.
Asimismo, en lo que atañe a los hechos durante las últimas semanas en el país, la vacuna Sputnik V cosecha cada vez mayores niveles de aceptación.
"Consultada la opinión pública a nivel nacional sobre la valoración respecto a la vacuna Sputnik V, esta lograba en el mes enero un nivel de confianza del 40,9 % y de desconfianza del 39,5 %”, revela a DW el sociólogo y consultor político Ricardo Rouvier.
"Un mes después, y comenzada la vacunación, se modificaron los niveles de confianza a favor de la misma, alcanzando un nivel de confianza del 51,3 % y de desconfianza del 37,7 %”, completa.
"En la medida en que las revistas científicas comenzaron a publicar estudios y la vacuna comenzó a aplicarse en el país sin efectos adversos, la desconfianza fue desapareciendo, al punto de darse la paradoja de que personas que decían que no se pondrían la vacuna, ahora se quejan de que no consiguen un turno para aplicársela”, refiere Baña.
Con todo, en el marco de mitos y relativismos, hay algunas certezas. Para Pomeraniec, es claro: "No se puede seguir especulando con el origen de las vacunas contra el COVID”.