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¡Achtung: recesión!

Emilia Rojas15 de agosto de 2003

El PIB de Alemania se contrajo por segundo trimestre consecutivo, lo que técnicamente permitiría hablar de una recesión. El fenómeno se repite en otros países de la eurozona, que en conjunto registra un crecimiento nulo.

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La economía alemana no levanta cabeza.Imagen: AP

Pocos conceptos causan tanto temor en el ámbito económico como el de la recesión. Como la economía es en buena medida cuestión de expectativas, todos se cuidan al máximo de utilizar esta palabra que suena a maleficio. Comienzan así los malabarismos verbales y conceptuales, tratando de esquivar el bulto de la realidad. Ésta consiste, lisa y llanamente, en que el Producto Interno Bruto de Alemania (PIB) se contrajo en un 0,1% en el segundo trimestre del año en curso, después de haber registrado una contracción del 0,2% en los primeros tres meses del 2003. Por si fuera poco, en el último trimestre del año pasado, el crecimiento no existió.

Discusión bizantina

De acuerdo con la práctica habitual, técnicamente se cumplen los requisitos para decir que Alemania ha caído en una recesión. El canciller Gerhard Schröder y sus ministros prefieren, en cambio, hablar de estancamiento. Y no sólo los políticos gubernamentales adoptan esta posición. También algunos expertos en economía los secundan, indicando que la contracción es tan marginal que no representa una recesión, sino un estancamiento. En consecuencia, la polémica semántica cobra vuelo en el país, para extrañeza de muchos ciudadanos. Porque los hechos son evidentes: ya sea que se trate de una recesión o de un estancamiento, lo cierto es que las cosas no marchan.

La desocupación sigue campeando, los proyectos de reformas estructurales aún no llegan a la fase de concreción y la gente se siente demasiado insegura como para llevar a cabo inversiones o consumir generosamente. Dado que la economía no crece, no se generan los empleos necesarios. Y ni siquiera el tradicional motor económico -el rubro de la exportación- tiene el empuje de antes, lo cual se atribuye principalmente a la fortaleza del euro con respecto al dólar.

Eurolandia estancada

EU Wirtschafts- und Finanzminister Pedro Solbes ist müde
El comisario europeo de Economía, Pedro Solbes.Imagen: AP

El fenómeno no se restringe sólo a Alemania, sino que se repite en varios países de la Unión Europea. En la zona euro, las estadísticas son igualmente desoladoras: el crecimiento brilla por su ausencia en el último trimestre. Aparte de la contracción germana, también Italia y Holanda presentan síntomas recesivos y las autoridades de Bruselas no cuentan con que se produzca una reactivación significativa a corto plazo. Para el tercer trimestre se prevé a lo sumo un crecimiento de entre el 0 y el 0,4%, y , para el cuarto, uno de entre el 0,2% y el 0,6%.

En el caso de Alemania, los economistas no creen tampoco en una recuperación en lo que resta del año. El 0,75% de crecimiento pronosticado por el gobierno parece demasiado optimista y habrá que armarse de paciencia para esperar una mejora perceptible. Aún así, algunos indicadores alimentan la esperanza. Por ejemplo, el índice de confianza empresarial ha mostrado en los últimos meses un alza cautelosa pero sostenida, y la bolsa de comercio ya parece haber abandonado el punto más hondo del valle de lágrimas. Esto, sumado a las reformas que se proyecta llevar a cabo, podría atenuar la fase recesiva y permitir superarla pronto.

*¡Achtung! = ¡Cuidado!