Afganistán: “Ghani es un traidor”
27 de agosto de 2021Pocas personas tienen un conocimiento tan profundo de la política y los conflictos en Afganistán como ella. Fatima Galiani fue una de las solo cuatro mujeres que participaron en las conversaciones de paz con los talibanes en Doha, la capital de Qatar, durante los últimos 11 meses. Luego de la caída de Kabul en manos de los talibanes, el 15 de agosto, esos esfuerzos parecen hoy episodios de un pasado distante.
Galiani es expresidenta de la Media Luna Roja Afgana y tiene un máster en Estudios Islámicos y Jurisprudencia del Colegio Musulmán en Londres. Después del derrocamiento del régimen talibán por la intervención liderada por Estados Unidos a finales de 2001, Fatima Gailani fue nombrada comisionada constitucional y ayudó a redactar la nueva Constitución de la República Islámica de Afganistán.
Con el regreso de los talibanes al poder, esta Constitución democrática será suspendida. DW conversó con Fatima Gailani en Doha, donde todavía está tratando de adaptarse a los últimos acontecimientos. La entrevista se realizó poco antes del atentado suicida en el aeropuerto de Kabul, en el que murieron más de 100 personas el 26 de agosto de 2021.
DW: ¿Cómo se siente usted en estos momentos?
Fatima Galiani: Todavía estoy conmocionada porque estuvimos realmente muy cerca de tener una transición ordenada del poder. Y luego el señor Ghani arruinó todo para rescatar su dinero. Una partida repentina causó lo que usted ve.
Circulan muchos rumores, pero ¿hay realmente alguna prueba de que Ashraf Ghani y sus socios más cercanos, como el exasesor de Seguridad Hamdullah Mohib, tomaron sus valijas con dólares y se fueron?
Eso tiene que ser investigado. Pero ¿por qué se iría con tanto apuro si tenía la seguridad de que los talibanes no iban a entrar a Kabul durante dos semanas? Lo único que quiero que se entienda es que ese traidor no debería quedar impune.
¿Es realmente justo echarle la culpa de todo a Ashraf Ghani?
Nadie puede echarle la culpa a solo una persona. Hay cadenas de responsabilidad por lo que ha estado sucediendo en Afganistán durante las últimas cuatro décadas de guerra y violencia. Pero esta última situación de caos, este colapso, fue definitivamente su culpa. Ghani traicionó a su país. Traicionó a gente muy cercana a él. Podría haber esperado. Podría haber dejado el país en orden y transferir el poder. Pero lo que hizo fue una desgracia total.
El primer paso fue que puso un montón de obstáculos frente a estas conversaciones en Doha desde un principio debido a su ego y al mundo que había creado para sí. Y luego, por supuesto, vino este fantástico acto de la huida. Ahora podría darle crédito por una sola cosa, y es por su actuación digna de un Óscar al quedarse hasta el último minuto. Todos a su alrededor le creyeron.
Obviamente usted también le creyó.
Sí. Estuve aquí en Doha y poco a poco fuimos informados de la composición de la delegación que iba a llegar para un cambio ordenado en el poder, incluyendo al Dr. Abdullah Abdullah y el expresidente Hamid Karzai. El plan original era que se garantizaría la seguridad durante esta transferencia de poder y que la comunidad internacional sería testigo.
Lo más importante para todos los que formamos parte del equipo negociador de la República Islámica en esta etapa fue solo un punto: los talibanes tomaron Afganistán. Es un hecho. Entonces, ¿cómo podemos asegurar una transferencia pacífica del poder que también garantice una paz duradera para el futuro? Queríamos que todo saliera bien. Pero entonces este hombre simplemente se escapó.
Las conversaciones de Doha nunca lograron realmente nada sustancial. ¿No fue todo solo una farsa gigantesca?
Eso nunca lo sabré. Pero si solo hubiera tenido una pequeña duda de que esto no era algo genuino, no habría prestado mi nombre a este proceso de Doha, no lo habría hecho. Independientemente de lo que traté de hacer políticamente por Afganistán en los últimos 43 años, pongo mi honor en primer lugar. Si honras tu propio nombre, honras a tu país y honras a tu gente.
Creí en las conversaciones de Doha. Realmente creí en ellas. Y con eso no estoy diciendo que los talibanes no fueran difíciles. Fueron difíciles. Y ahora sé que sabían que estaban logrando avances. Pero por nuestra parte, fuimos muy sinceros por la paz. No tengo ninguna duda.
¿A dónde va desde aquí? ¿Volverá a Kabul?
Sí, regresaré a Kabul. Me estoy recuperando del cáncer. No he visto a mi oncólogo desde el 13 de enero. Esa fue la última vez. Entonces, ahora simplemente iré a Londres para ver a mi oncólogo y tal vez descansar unas semanas, porque estoy terriblemente exhausta. Pero luego regresaré a casa, donde está mi esposo, y donde están mis dos hermanos.
¿A qué tipo de Afganistán volverá?
Eso depende absolutamente de los talibanes, primero, y luego de la comunidad internacional. Los talibanes tendrán que poner al pueblo de Afganistán en primer lugar para asegurar la paz. ¿Y cómo asegurar la paz? Solo con un gobierno genuino e inclusivo.
Para tener un gobierno inclusivo, presenciado por la comunidad internacional, su formación debe ocurrir en algún lugar fuera de Afganistán, para que todos puedan venir y presenciarlo, creerlo y sellarlo. De lo contrario, si las embajadas no vuelven a abrir, la gente morirá de hambre. Si no existe la seguridad de la comunidad internacional, la gente morirá de hambre. Y la gente hambrienta podría hacer cualquier cosa por desesperación.
Realmente no quiero ver a los talibanes patrullando en carros blindados y a Daesh [la organización terrorista Estado Islámico] poniendo bombas en las calles. Porque ¿quién morirá? ¡Civiles comunes e inocentes en las calles de Kabul! No quiero ver eso. Realmente tenemos que olvidarnos de quién es el ganador y quién es el perdedor. Lo único que debería importarnos hoy es el pueblo de Afganistán.
¿Habrá espacio para una mujer vocal como usted en un futuro Afganistán?
Las mujeres en Afganistán no pueden ser ignoradas. Nosotras, las mujeres de Afganistán, sabemos que somos afganas y musulmanas. Conocemos nuestros límites. Pero también conocemos nuestras libertades. Afganistán no puede seguir adelante sin sus mujeres.
Quiero estar ahí para mi gente, pero no tengo ambiciones políticas. En cuanto a eso, me he rendido hace mucho tiempo. Pero nunca abandonaré mi lucha por los derechos de las mujeres y las minorías. Y esta es una promesa.
¿Qué le diría al líder adjunto talibán Mullah Baradar en este momento?
Le diría exactamente lo que le dije cara a cara en Doha: el futuro de Afganistán tiene que incluirnos a todos, hombres y mujeres. A todos los idiomas, a todos los grupos étnicos, a todas las sectas del islam. A nuestros hindúes y a nuestros sijs. Si queremos reclamar un país islámico real, entonces tiene que ser el país que nuestro profeta nos dijo que construyéramos, y no uno que estemos interpretando en nuestro propio idioma.
¿Y qué le diría a Joe Biden?
Le diría: "Señor presidente, lo que le hizo a Afganistán fue muy, muy imprudente”. Por mucho que culpemos a Ashraf Ghani, a quien abiertamente llamo un traidor nacional, también le diría al Sr. Biden que esta no es la forma en que debería comportarse una superpotencia.
Y quiero que publiquen esto: yo no quería que ningún soldado extranjero se quedara en Afganistán. Lo que quería era: primero la paz. Así que primero debería asegurar la paz, y luego que se vaya a donde quiera. Cuando hablamos de que las fuerzas extranjeras se iban ordenadamente, no queríamos decir que queríamos que los soldados de la OTAN se quedaran por el resto de sus vidas. ¡No!
Estados Unidos llegó a un acuerdo con los talibanes en Doha, que contemplaba una salida política. Pero, ¿dónde está ese acuerdo político? ¿Dónde está?
Entrevista de Sandra Petersmann
Nota editorial: la entrevista fue condensada y editada para mayor claridad.
(cp/ers)