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No más rejas

17 de enero de 2010

Mehmet Ali Agca abandonará la cárcel casi treinta años después de haber disparado contra Juan Pablo II. El hecho reaviva las incógnitas en torno a los posibles autores intelectuales del atentado. ¿Puede Agca despejarlas?

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Mehmet Ali Agca: ¿Casa o cuartel después de la cárcel?Imagen: dpa - Bildfunk

Dos escenarios contrastantes se antojan posibles en el futuro inmediato de Mehmet Ali Agca, el hombre que disparó contra el papa Juan Pablo II en 1981, cuando sea puesto en libertad este lunes (18.1.2010). Su aspiración es hacerse rico concediendo entrevistas exclusivas y autorizando biografías oficiales; después de todo, la falta de claridad en torno a las circunstancias que rodearon el atentado ha dado rienda suelta a teorías de conspiración que, casi tres décadas después del suceso, todavía esperan ser desechadas o confirmadas.

Sin embargo, su abogado, Haci Ali Özhan, ha señalado que Agca también podría estar obligado a cumplir con el servicio militar en el Ejército de su país, Turquía, tan pronto abandone la cárcel de Ankara en la que ha estado recluido durante los últimos diez años. Aunque su cliente luce notablemente envejecido en fotografías recientes, Özhan ha declarado que el Ministerio de Defensa turco no reconoce el examen médico que declara al hombre de 52 años incapacitado para el servicio militar.

De la cárcel al cuartel

Agca, un turco ultranacionalista del entorno de los Lobos Grises –la organización paramilitar de extrema derecha nacionalista vinculada con el Partido del Movimiento Nacionalista Turco– disparó contra Juan Pablo II con una pistola semiautomática Browning durante una audiencia en la plaza de San Pedro en Roma el 13 de mayo de 1981, dejando al pontífice tan mal herido –tres balas impactaron en el cuerpo de Karol Wojtyla– que hasta se le dio la extremaunción.

Papst mit Attentäter
Juan Pablo II conversa con Agca en su celda de Roma en 1983.Imagen: AP

Juan Pablo II, quien había sido elegido como líder de la Iglesia católica apenas dos años y medio antes, perdonó públicamente a Agca durante su convalecencia, en 1983 lo visitó en su celda y en el año 2000 le pidió al entonces presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, que le concediera una amnistía. Tras 19 años en una cárcel italiana, Agca fue extraditado a Turquía, en donde debió cumplir otra sentencia por el asesinato del periodista y director del diario turco Milliyet, Abdi Ipekci, en 1979.

El misterio en torno a Agca

Unos dicen que Agca actuó solo; otros, que él era solamente la cara visible de los servicios secretos del otrora bloque soviético. Disfrutando evidentemente de la publicidad del caso, el propio Agca dijo haber contado con ayuda de ciertas personas dentro del Vaticano. En todo caso, el transfondo del atentado contra el Papa ha dejado preguntas sin responder que ahora vuelven a dejarse oír en la esfera pública.

Para algunos, la teoría más plausible gira en torno al hombre fuerte de Moscú, Loenid Breshnev, y su aspiración de eliminar a Juan Pablo II como figura de influencia en la política internacional: Breshnev habría ordenado asesinar al Papa por el papel que venía desempeñando como elocuente rival del régimen comunista en un momento histórico turbulento. Una comisión de investigación italiana llegó a la conclusión de que en el caso, además de individuos de la inteligencia rusa, también pueden haber estado involucrados agentes del servicio secreto búlgaro y de la entonces República Democrática Alemana (RDA).

¿La hora de la verdad?

No obstante, parece improbable que Mehmet Ali Agca ayude a aclarar las circunstancias que rodearon el atentado contra Juan Pablo II. Aún cuando sea cierto que una editorial italiana ha calculado el valor de sus memorias en dos millones de euros, Agca ha dejado la imagen casi indeleble de un delirante politizado con una marcada tendencia a decir boberías.

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa

Editora: Claudia Herrera Pahl