Al Qaeda, a cinco años de la muerte de Osama bin Laden
2 de mayo de 2016Los atacantes se disfrazaron como empleados de un servicio de entrega a domicilio. Entraron en la vivienda de Daca (Bangladesh), esperaron a que los activistas LGBT (siglas del colectivo de Lesbianas, Gays, Bisexuales y personas Transgénero) Xulhaz Mannan y Mahbub Tonoy salieran de casa y les pegaron una paliza brutal con machetes y armas de fuego hasta matarlos. A finales de abril, el líder de Al Qaeda en Bangladesh, Ansar al Islam, dijo que las dos víctimas llevaban “trabajando día y noche” desde 1998 para difundir la homosexualidad entre los hombres. Según al Islam, estaban siendo ayudados por Estados Unidos y sus “aliados indios”.
Ataques mortales como estos recuerdan al mundo que la organización terrorista Al Qaeda, dirigida durante una época por Osama bin Laden, sigue existiendo, a pesar de que en los últimos años haya sido desplazada de la escena internacional por el autoproclamado “Estado Islámico”. Pero, ¿cómo es de poderosa hoy en día la organización terrorista que en 2001 desencadenó la “guerra contra el terrorismo” ejecutada por Estados Unidos? ¿Ha cambiado cinco años después de la muerte de Osama bin Laden?
Auge y caída de Al-Qaeda
Osama bin Laden fue el líder de Al Qaeda desde el principio. Él es el que le dió el nombre y financiaba a los terroristas en Afganistán. A finales de la década de 1980 apareció por primera vez en la escena internacional, durante la guerra contra las tropas soviéticas en Afganistán. Aunque en aquel entonces llegaron al país combatientes árabes para ayudar a sus correligionarios, los yihadistas todavía no formaban parte de una red tan organizada como la que en 1997 Osama bin Laden y su número dos, Ayman al Zawahiri, formaron para aterrorizar al mundo. Al Qaeda empezó a construir campos de entrenamiento y la batalla emprendida por Bin Laden para frenar la influencia occidental en el mundo musulmán se convirtió en la motivación de los yihadistas violentos.
El grupo terrorista comenzó a organizarse. “Al Qaeda siempre ha tenido un gran carácter jerárquico y burocrático”, dice Guido Steinberg, experto en terrorismo del Instituto Alemán de Relaciones Internacionales de Berlín (SWP, por sus siglas en alemán). Empezaron los atentados orquestados desde la dirección de Al Qaeda y, sólo cuatro años más tarde, Bin Laden le mostró al mundo su fuerza: el 11 de septiembre de 2001 se produjeron los peores atentados de la historia de EE. UU. En un mensaje grabado en vídeo, el terrorista Bin Laden reclamó la autoría: “Con el permiso de Dios Estados Unidos desaparecerá pronto. Y le pido a Dios que tome a estos jóvenes como mártires. Estos hombres jóvenes han realizado una gran acción. Han hecho que los musulmanes nos enorgullezcamos y han dado una lección que EE. UU. nunca olvidará”.
El castigo, sin embargo, no se hizo esperar. Para dar una lección a los terroristas, EE. UU. decide intervenir ese mismo año en Afganistán declarando la guerra a Al Qaeda y a los talibanes. Bin Laden y sus hombres retroceden a esconderse en el norte de Pakistán. Las milicias pierden sus bastiones en muchas regiones de Afganistán y Pakistán. “Entonces, Bin Laden desapareció dejando la responsabilidad de propagar su punto de vista ideológico entre grupos yihadistas operativos cada vez más independientes y descentralizados a su ayudante Zawahiri”, explica Günter Meyer, del Centro de Investigación sobre el Mundo Árabe de Maguncia. Bin Laden, sin duda, seguía teniendo influencia sobre los diversos grupos afiliados a Al Qaeda. Pero Al Qaeda ya había sufrido lesiones en su estructura exterior. También su interior comienza a desmoronarse, o por lo menos eso parecía en un principio.
La jerarquía se desmorona
“Al Qaeda en Irak” comenzó a operar de forma cada vez más independiente tras la invasión estadounidense de 2003. Abu Musab al Zarqaui, quien muchos años antes ya había luchado en Afganistán, asume el liderazgo de la organización terrorista más brutal de Irak. “Con sus atentados con bomba fue en gran parte responsable de la escalada de la violencia en el país”, dice Meyer. A pesar de que fue el creador de la rama iraquí de Al Qaeda, Bin Laden se distanció de la organización a medida que empezaron a llevarse a cabo las matanzas contra civiles chiíes en el país.
Al Zarqaui, sin embargo, era un reconocido enemigo de los chiíes. “Algo por lo que protestaron en varias ocasiones Bin Laden y Zawahiri”, dice Guido Steinberg. En 2005, Zawahiri escribe una carta a Al Zarqaui en la que le insta a cambiar de estrategia. “La carta no tuvo ningún efecto. A partir de entonces Al Qaeda Irak empezó a ser prácticamente independiente”, añade Steinberg. En 2006 murió Al Zarqaui durante un ataque estadounidense. A pesar de que la organización se debilitó, no llegó a desaparecer. Y sus restos fueron el germen de lo que hoy en día es el Estado Islámico, ya escindido de Al Qaeda.
Muerte de Bin Laden
El 2 de mayo de 2011 Al Qaeda sufre una nueva derrota: EE. UU. anuncia la muerte de Osama bin Laden en una operación encubierta contra su escondite de Pakistán. El presidente Barack Obama comunicó la noticia por la televisión. Zawahiri se convirtió entonces en su sucesor. Pero como carecía del liderazgo y el estatus casi religioso que tenía Bin Laden entre sus seguidores, Zawahiri no consiguió ser el inspirador de los jóvenes seguidores yihadistas.
"Esa es una de las razones por las que Al Qaeda ha perdido poder en los últimos años en favor de Estado Islámico, organización que ha conseguido atraer a jóvenes combatientes extranjeros de Europa y otros países occidentales", afirma Steinberg. Ya en 2014, cuando EI proclama la creación del Califato, Al Qaeda vuelve a estar en una situación desesperada.
El grupo terrorista, sin embargo, se adapta a la situación y pone en marcha una estrategia a largo plazo. Zawahiri indica a su gente que, en lugar de matar civiles indiscriminadamente como hace el EI, se dedique a luchar por el pueblo. Y lo mismo ocurre con los grupos afiliados a Al Qaeda, como el frente Al Nusra sirio que, aunque carece de una gran organización, “coopera con los demás y trabaja para abastecer a la población”, dice Steinberg. Aunque estos grupos siguen las directrices de la central de Al Qaeda, apoyan a sus líderes locales, fortalecidos por Zawahiri.
“Poco a poco eligen un enfoque mucho más pragmático con el fin de lograr objetivos políticos. Eso es lo que diferencia al islamismo del salafismo”, concluye Steinberg. Por eso todo el mundo está de acuerdo, Al Qaeda incluido, en el que el EI debe desaparecer.
Esta estrategia de Al Qaeda a largo plazo es lo que la hace tan peligrosa. Si bien carece de una jerarquía rígida, los líderes locales no son una amenaza menor que la que representa la central.