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Al-Shabab: un grupo terrorista amenaza el este de África

Adrian Kriesch/PK25 de septiembre de 2013

El ataque terrorista del grupo fundamentalista islámico Al Shabab en Nairobi, Kenia, costó decenas de vidas humanas. El grupo surgió del colapso del país vecino de Somalia y amenaza seguir creciendo.

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Imagen: CARL DE SOUZA/AFP/Getty Images

Una guerra civil azota desde hace dos décadas a Somalia. Desde que el dictador Siad Barre fuera derrocado, en 1991, “warlords” locales luchan por el poder en todo el país. Miles de seres humanos han muerto desde entonces. Una intervención de la ONU en 1995 fracasó.

A la búsqueda de una cierta normalidad, muchos somalíes, en su mayoría musulmanes, se dirigieron a las autoridades religiosas. Cortes musulmanas fueron creadas a nivel local y aseguraron la calma y el orden durante algún tiempo. La Unión de las Cortes Islámicas (ICU) echó a los “warlords” de Mogadishu, la capital, y asumió el gobierno en 2006. Una fracción radical de la ICU amenazó con la conquista de la región de Ogaden, perteneciente a Etiopía.

Etiopía reaccionó, apoyada por Estados Unidos, con una intervención militar y echó a su vez a la ICU de Mogadishu. Tampoco la segunda intervención militar, sin embargo, contó con las simpatías de la población somalí. Popularidad adquirió en ese momento, por el contrario, el pequeño grupo radical Al Shabab, que resistió a las tropas etíopes, dijo a DW Markus Höhne, experto en Somalia en el Instituto Max Planck de Halle: “Que ese pequeño grupo radical haya adquirido tanto prestigio se debe en gran parte a la errónea lucha contra el terrorismo llevada adelante en Somalia”.

Militantes de EE. UU. y Alemania

Las tropas etíopes se retiraron en 2009. La lucha entre el nuevo Gobierno de transición somalí y Al Shabab, sin embargo, continuó. La población reconoció entonces que Al Shabab tiene muchos rostros y no es para nada un grupo homogéneo. La facción más radical comete atentados incluso contra la propia población e impone sin vacilación la sharia en su forma más extrema. “La otra parte de Al Shabab se adhirió al grupo solo porque la organización era la única que aseguraba el orden y la estabilidad”, dijo a DW Mehari Maru, del Instituto de Estudios sobre Seguridad en Adis Abeba. Y agregó que “esa gente abandonó en ínterin Al Shabab, pero la facción que queda ha adquirido un perfil internacional y sigue los lineamientos de Al Qaeda”.

Symbolbild Islamisten Kenia Somalia
Manifestación pro Palestina de Al Shabab en Somalia.Imagen: picture-alliance/Photoshot

El Ministerio de Justicia norteamericano dispone de información de que Al Shabab recluta militantes en Estados Unidos ya desde 2007. Desde 2012, la policía keniana busca también a un alemán del que se sospecha que tiene contactos con Al Shabab. El grupo es apoyado financieramente desde el Oriente Próximo, dice Mehari Maru: “Se trata de personas con una fuerte orientación ideológica que tienen mucho dinero y apoyan financieramente a Al Shabab”. Obtener armas en el Cuerno de África es fácil, en tanto se tenga dinero para comprarlas, resalta Maru.

"Al Shabab, más peligrosa que nunca”

Desde 2011, no obstante, Al Shabab pierde apoyo en Somalia. El Gobierno de Kenia intervino en el conflicto y declaró la guerra al grupo, luego de responsabilizar a Al Shabab del secuestro de extranjeros en territorio keniano. Al Shabab reaccionó con atentados en Kenia y Somalia. El momento más dramático hasta ahora: el ataque al centro comercial Westgate en Nairobi.

Para Markus Höhne, en los últimos meses en Al Shabab se ha impuesto el ala más radical, que ha puesto en el foco no tanto a Somalia, sino la yihad global. “Por lo tanto, la organización Al Shabab no ha sido derrotada, sino que, por el contrario, es más peligrosa que nunca”. Mehari Maru, por el contrario, la ve debilitada: “El grupo dominaba hace algunos años todavía grandes partes de Somalia, ahora solo está en condiciones de llevar a cabo atentados aislados”. No obstante resalta que la ideología radical de Al Shabab no conoce fronteras y la organización es por lo tanto una amenaza para todo el mundo.