Alemania bate récord de deudas

No es una gran sorpresa. Pero no por eso deja de ser un desastre para la economía alemana: el ministro de Hacienda, Hans Eichel, admitió ante las cámaras de televisión que el endeudamiento fiscal fresco ascenderá a casi 42 mil millones de euros. Un balde de agua helada para el gobierno de Gerhard Schröder, en momentos en que parecía perfilarse un atisbo de recuperación económica.

Explicaciones no faltan

Con esas cifras, Alemania batirá el triste récord cercano a los 40 mil millones que se marcó en 1996, en tiempos en que el responsable de las finanzas alemanas se llamaba Theo Weigel y el jefe de gobierno, Helmut Kohl. "Sobrepasaremos esa marca porque el declive de la coyuntura nos quitó ingresos y, al mismo tiempo, nos forzó a destinar mucho más dinero a paliar el desempleo", explicó Eichel en un programa que se exhibirá el domingo. Y, a modo de disculpa, añadió que "si se hubiera seguido actuando como en el gobierno anterior, las deudas serían mucho mayores". Una declaración que, desde luego, no consuela a nadie y con la que no puede darse por satisfecho el hombre que asumió esa cartera con la promesa de sanear el presupuesto fiscal.

Las cosas se están poniendo en extremo cuesta arriba para el ministro. Originalmente el parlamento alemán había aprobado la toma de nuevos créditos por un monto de 28.800 millones de euros para este año. Pero hace ya tiempo que quedó claro que tal suma no alcanzaría y se haría necesario un presupuesto complementario. Ante la persistente debilidad coyuntural, Eichel había hablado en las semanas pasadas de unos 38 mil millones. Sin embargo, la cifra mencionada ahora bate todos los récords.

La espada de Solbes

Ante esta situación, los expertos gubernamentales ya cuentan con que las nuevas deudas de Alemania rebasen el 3% del PIB estipulado en el Pacto de Estabilidad en una proporción mayor que la anunciada. En principio, se calculaba un 3,8%, pero tal parece que se llegará incluso al 4%. Y de seguro ya suenan las campanas de alarma en Bruselas, concretamente en la oficina del Comisario de Asuntos Monetarios de la UE, Pedro Solbes.

Si bien en Berlín aún se mantiene la esperanza de poder cumplir los compromisos para el año 2004, nadie se atreve a estas alturas a poner la mano en el fuego. El propio ministro de Hacienda reconoce que será sumamente difícil y ni siquiera él se atreve a descartar que terminen aplicándose sanciones de parte de la Unión Europea.