Alemania: educación y religión en medio del debate
20 de abril de 2006
En Alemania, la colaboración del Estado con la Iglesia en materia educativa, pese al laicismo, es más estrecha que en otros países. Se trata sobre todo de una cuestión económica: las guarderías cristianas, por ejemplo, alivian al Estado tener que resolver el problema de los niños en edad preescolar.
La ministra alemana de Familia, la democristiana Ursula von der Leyen, ha puesto hoy en marcha la denominada "Alianza por la Educación", con la que el gobierno pretendía crear una base firme sobre la que discutir los problemas pendientes. Sin embargo, a participar en esta alianza sólo han sido llamadas dos iglesias cristianas: la católica y la evangélica. Las restantes confesiones han puesto el grito en el cielo y se quejan de exclusión.
Guarderías cristianas hasta los seis años
En Alemania todos los niños a partir de los tres años tienen derecho a una plaza en una guardería, ya que el colegio no empieza hasta los seis o los siete años. De esta manera, los padres que trabajan cuentan con un lugar donde dejar a sus hijos mientras no pueden ocuparse de ellos.
Estas guarderías suelen estar financiadas, además de por las subvenciones estatales, por las comunas (organismos municipales), por asociaciones diversas o por las instituciones eclesiásticas. Entre ellas, las iglesias cristianas administran el 72% de las guarderías y centros de preescolar.
Ante la indignación de las confesiones no cristianas, Von der Leyen hizo mención el aporte católico y evangélico a este sistema, que de otro modo necesitaría de una profunda reestructuración para poder funcionar, si se tiene en cuenta que en la mayoría de las familias alemanas trabajan tanto el padre como la madre.
Los cristianos serán los primeros
Organizaciones judías y musulmanas criticaron la iniciativa, quejándose de que no se las haya tenido en cuenta. Algunos colectivos de docentes la consideran asimismo contraproducente, puesto que puede contribuir a aumentar la sensación de marginación de los escolares no cristianos. Los maestros recordaron a la ministra que en algunos barrios de los grandes núcleos urbanos hay guarderías y centros de preescolar con más de un 70 por ciento de niños de origen inmigrante, en su mayoría de religión musulmana.
Von der Leyen, que presentó la iniciativa junto con el cardenal católico Georg Sterzinsky y la obispa evangélica Margotr Kaessmann, dijo que la alianza no ha hecho más que empezar y que, hasta el 2007, se prevé "invitar" a participar en ella a otras religiones. Von der Leyen rechazó la aversión despertada por sus formas alegando que las dos religiones cristianas son las confesiones principales del país y por lo tanto resulta lógico que sean las primeras en ser consultadas.
La ministra defendió la "Alianza por la Educación" como una pieza fundamental para una mejor implantación de los valores religiosos y sociales en la formación de los escolares, sobre la base de la confesión cristiana. Unos valores definió como necesarios para la educación. Sin que ello signifique, según Von der Leyen, cerrarse a otras confesiones.
"Así como se debe aprender bien el propio idioma para luego poder aprender otros, es conveniente tener claridad sobre la propia religión para dialogar con otras", dijo Von der Leyen.