Alemania gana atractivo para inmigrantes
26 de mayo de 2013En Alemania todavía reina la impresión de que la mayoría de los inmigrantes no tienen una alta cualificación, indica Herbert Brücker, especialista en análisis del mercado laboral. Por encargo de la Fundación Bertelsmann, Brücker elaboró un estudio que muestra una realidad diferente: en la actualidad, el 43 por ciento de los nuevos inmigrantes de entre 15 y 65 años disponen de una capacitación laboral o de un título universitario o técnico. El número duplica al del año 2000. Entre los alemanes sin origen extranjero, solo el 26 por ciento cuenta con títulos similares.
Aparte de chinos, la mayoría de quienes desean establecerse en Alemania son personas procedentes del este de Europa. Esta tendencia “obedece naturalmente en gran medida a la eurocrisis”, explica Brücker en conversación con DW. Países como España, Italia, Gran Bretaña o Irlanda han perdido su atractivo, debido a sus altos niveles de desocupación.
De acuerdo con cifras de la Oficina Federal de Estadísticas, el año pasado llegaron a Alemania 369.000 personas más que las que emigraron. Esta es la mayor cantidad registrada desde 1995.
Escasez de especialistas
La cantidad de inmigrantes podría reducirse nuevamente al término de la eurocrisis, estima Jörg Dräger, miembro del directorio de la Fundación Bertelsmann. Pero Alemania sigue requiriendo inmigrantes altamente cualificados: “Tenemos escasez de especialistas, nuestra población disminuye y nuestros sistemas de seguridad social se volverán inestables si un número cada vez menor de gente joven debe financiar a un cantidad creciente de personas mayores”, advierte. Por eso, la fundación promueve una nueva política de inmigración. Aboga por traer al país a personas cualificadas y especializadas en áreas en las que falta especial capacitado en Alemania, es decir, teniendo en cuenta las necesidades del mercado laboral germano. Y propone que a estas personas se les otorgue un permiso irrestricto de residencia y de trabajo, de manera de atraer a los mejores cerebros.
“En efecto, competimos con Estados Unidos, Canadá y Australia”, indica Brücker. “No sólo necesitamos reformas legales que vayan en esa dirección –materia en la que ya se ha hecho algo en los últimos años-, sino también, paralelamente, una clara estrategia para atraer a esa gente”, agrega.
Reconocimiento de estudios
Eso implica también reconocer los estudios realizados en otros países. En 2012 ya entró en vigor una nueva ley al respecto. Pero todavía quedan obstáculos burocráticos por superar. “El problema principal radica en que los sistemas educativos son muy diferentes en Europa”, señala. Por ejemplo, en la mayoría de los países no existe un sistema dual, de formación teórica y práctica, como el que hay en Alemania o Austria.
¿Y qué ocurre entretanto con los países cuyos académicos y técnicos desean emigrar? Desde hace años, los expertos previenen de una “fuga de cerebros”, que sería perjudicial para las respectivas economías. No obstante, Brücker considera que la emigración hacia Alemania también tiene efectos positivos para los países de origen. “El desempleo se reduce con la emigración y el Estado y la economía se beneficia, porque se reduce la carga per cápita”.
Autora: Stephanie Höppner /Emilia Rojas
Editor: José Ospina