Alemania: inmigrantes luchan contra la radicalización
30 de enero de 2017En 2012, Mimoun Berrissoun fundó el proyecto "Giro de 180 grados" (180-Grad-Wende) para ayudar a jóvenes inmigrantes que, a falta de perspectivas laborales, suelen ser presa fácil para grupos extremistas. El también presidente de la iniciativa explica que las razones que llevan a la radicalización siempre son las mismas. "Cuando ya no pueden avanzar en la vida, eligen un mal camino", cuenta. Su rendimiento escolar disminuye y no encuentran empleo, agrega el sociólogo de 30 años.
Mimoun Berrissoun es hijo de marroquíes que emigraron a Alemania en busca de trabajo. Creció en el barrio coloniense de Kalk, donde se encuentra la oficina de "Giro de 180 grados" y donde el porcentaje de extranjeros supera el 40 por ciento.
Una red de jóvenes para jóvenes
El proyecto dispone de una red de alumnos, estudiantes y jóvenes en formación de diferentes nacionalidades, que se mueven en el mismo entorno que los jóvenes proclives a la radicalización: los clubes de fútbol, las mezquitas y los centros juveniles. De ahí que estén familiarizados con los problemas, el estilo de vida y el idioma del grupo, explica Berrisoun y agrega que eso "los hace auténticos".
Los empleados y voluntarios que apoyan la labor de "Giro de 180 grados" reciben capacitación para detectar las señales de radicalización: ¿ven los jóvenes videos que glorifican la violencia? ¿Se comunican en otro idioma aparte del alemán? ¿Consumen determinadas drogas?
En el marco del proyecto, Alparslan Korknaz, un estudiante de 22 años, ayuda a jóvenes a orientarse en el mercado laboral, como por ejemplo a Harun Tunca, un alumno que está escribiendo currículos y cartas de presentación para cuando termine la preparatoria. Puesto que no viene de una familia de académicos, agradece el apoyo de la iniciativa coloniense. Alparslan y Harun pasan toda la tarde juntos y se toman mucho tiempo para conversar sobre todo tipo de cosas.
Gestos mutuos de acercamiento
Según el sociólogo Berrisoun, en Alemania antes se hablaba de los "turcos" y "marroquíes" para referirse a las personas con trasfondo migratorio. Hoy día, se habla de los "musulmanes". El presidente de "Giro de 180 grados" está convencido de que este debate social no deja indiferente al grupo sobre el que se debate, en especial a los jóvenes que crecieron en tierras germanas. Cuando estos le dan la espalda a la sociedad, muchas veces se trata de una reacción de protesta, dice. Entonces, son presa fácil para los grupos radicales que los aceptan como miembros y apelan a su sentido de pertenencia.
La iniciativa depende de la ayuda de voluntarios, puesto que el presupuesto solo alcanza para contratar a un pequeño grupo de empleados fijos. "Podríamos hacer mucho más, si tuviéramos más recursos", dice Berrisoun. El sociólogo subraya la importancia de que haya gestos mutuos de acercamiento: por un lado, los musulmanes en Alemania deben sentar un precedente contra el terrorismo y la radicalización. Por otro, la sociedad germana debe tenderles una mano y darles oportunidades de integración.