Alemania reflexiona acerca de reducir tropas en el extranjero
29 de octubre de 2006Un cambio de paradigma está tomando forma en Alemania en cuanto a las misiones militares en el exterior. Hasta ahora, los gobiernos, tanto el anterior (socialdemócrata-verde) como el actual (conservador-socialdemócrata) han destacado no sin cierto orgullo el papel de Alemania en el mantenimiento de la paz en diversas partes del planeta.
Desde los Balcanes, pasando por Yibuti hasta Afganistán, desde las misiones de observación hasta la lucha contra el terrorismo: en regiones en crisis están estacionados actualmente unos 8700 soldados alemanes. Alemania es uno de los países que más tropas ponen a disposición para misiones internacionales con mandato de la ONU.
Pero desde hace algunos meses se alzan cada vez más voces que ponen en tela de juicio esas misiones. “Si bien tenemos el apoyo del Parlamento, muchos diputados creen que hemos llegado al límite”, dijo hoy Franz Josef Jung, el ministro de Defensa (democristiano) al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung. Y agregó: “no hemos acompañado lo suficiente el creciente número de misiones con un adecuado debate acerca de su fin y propósitos”.
A contracorriente del Libro Blanco
El comentario de Jung va a contrapelo de un Libro Blanco de defensa presentado el martes por su propio ministerio en el Gabinete, en el que se prevé aumentar el número de soldados para misiones en el exterior de 10.000 a 14.000. Actualmente se hallan en misión unos 9.000.
Tan rápido cambio de parecer no se produce de la noche a la mañana. El malestar viene de lejos. No obstante, lo que desbordó el vaso fueron las fotos publicadas por el diario sensacionalista “Bild” esta semana de soldados alemanes en Afganistán posando con huesos y calaveras. Dos días después, la cadena de televisión RTL presentó otras fotos del mismo tenor. Y hoy se afirma en la prensa alemana que también en Kosovo se registraron hechos similares.
No hace al caso que seguramente en todos los casos no se trate de profanación de tumbas, sino de restos humanos hallados por azar, y que los psicólogos expliquen los hechos como forma de reducir el estrés en una situación de guerra con permanente peligro para la propia vida. Las imágenes quedan imborrables en las retinas de todo el mundo.
¿Se justifican aún las misiones?
En el ínterin han sido suspendidos de servicio dos soldados involucrados en un escándalo que pone en peligro los intentos de 60 años de un país y de unas fuerzas armadas para recuperar su imagen destrozada por los horrores del régimen nazi. Otros cuatro soldados identificados como participantes en los sucesos ya no pertenecen a las FFAA.
El ex ministro de Defensa Peter Struck, ahora presidente del grupo parlamentario socialdemócrata en el Bundestag, dijo también hoy que ya es tiempo de que vuelvan a casa algunos de los soldados que sirven en el exterior, de los cuales unos 2.800 se hallan estacionados en Afganistán.
“Siempre hay que preguntarse si las misiones se justifican aún”, agregó Struck. “La guerra en Bosnia terminó hace once años y aún tenemos un contingente mayor allí. Ha llegado el momento de partir”, agregó Struck en declaraciones al periódico Bild am Sonntag. “Y también el contingente en Kosovo puede ser reducido”, concluyó.