Alemania – Turquía: el desafío fuera de la cancha
24 de junio de 2008Alemania se prepara para la gran noche de la semifinal de la Eurocopa 2008. Más que un trofeo –o, mejor dicho, la posibilidad de seguir luchando por él- lo que está en juego es la integración turco germana. Y así, mientras en Berlín se levanta ya el gran escenario con pantalla gigante y se afinan los detalles para lo que se espera sea una magna fiesta junto a la Puerta de Brandeburgo, a donde se calcula que concurrirá medio millón de personas, en la esfera política se multiplican los llamados a la armonía y se subrayan las buenas relaciones entre Alemania y Turquía. Desde el presidente turco, hasta el ministro de Relaciones Exteriores alemán, todos aportan su dosis de buenos deseos.
La prensa se une
Los expertos, por su parte, intentan disipar temores de que la jornada pueda degenerar en disturbios mayores, haciendo notar que siempre los violentistas son unos pocos. Y la prensa popular, tanto alemana como turca, se esmera por no atizar el fuego de la rivalidad sino los aspectos de unidad que han de aflorar en esta fiesta deportiva. De hecho, en una iniciativa extraordinaria, tanto el periódico Bild como el Hürriyet, publican este miércoles un editorial conjunto, exhortando a compartir en forma pacífica y fraternal.
Hürriyet invita incluso a sus lectores a acudir a ver el encuentro llevado las dos banderas: la de la patria de origen y la del país donde viven. Evidente resulta pues que este encuentro trasciende los aspectos meramente deportivos en Alemania, con sus más de dos millones de inmigrantes turcos.
El gran examen de la integración
“Un juego es un juego... a menos que se trate de éste: Alemania contra Turquía”, apunta el Tagesspiegel, de Berlín, afirmando que “esta semifinal de la Eurocopa se juega sólo en parte en Basilea”, porque será sobre todo un acontecimiento y un desafío para muchas ciudades alemanas, comenzando por la capital. Será también, según el periódico, de un “gran examen” sobre cómo marchan las cosas en materia de integración, tolerancia, aceptación y respeto.
A juicio del Süddeutsche Zeitung, de Múnich, este partido abre a los turcos de Alemania, por una noche, la puerta hacia otra realidad, “una realidad en la que son iguales”.... “una realidad en la que los extranjeros se vuelven semejantes, porque los turcos estarán celebrando o llorando junto a alemanes que celebran o lloran, sin importar que jamás un alemán los haya invitado a su casa o que los germanos sean rara vez huéspedes en los matrimonios turcos”.