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Alemania: va bien pero faltan reformas

19 de julio de 2003

El secretario estadounidense del Tesoro exige una profundización de las reformas en Alemania. La "Agenda 2010" de Schröder no sería suficiente.

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John Snow, secretario estadounidense del Tesoro.Imagen: AP

El secretario estadounidense del Tesoro (Ministro de finanzas) concluye este viernes en Alemania una gira europea de cuatro días, precisamente con una referencia a la pregunta del momento en Alemania: cómo hacer que la "locomotora económica de Europa" recupere su fuerza.

Respaldado en las últimas previsiones oficiales para la economía estadounidense, John Snow reitera una recomendación clásica de los economistas liberales: Europa tiene que demostrar valor para acelerar sus reformas estructurales, como la flexibilización laboral, si quiere impulsar su maquinaria económica.

Profundizar las reformas

Snow elogió el paquete de reducción de impuestos del gobierno alemán al igual que su Agenda 2010 de reformas laborales y del sociales. "Lo que sucede en Alemania resulta alentador", dijo Snow. Aprueba la gestión de su homólogo alemán, Hans Eichel, aunque al mismo tiempo considera necesarias reformas en el mercado laboral y en el sistema de pensiones.

Se trata de aprender de la experiencia japonesa, que ha pasado más de una década sumergida en sus rigideces estructurales, para "encarar las reformas pendientes de manera decidida y rápida", dijo el funcionario refiriéndose a la vía para destrabar los mecanismos de la economía germana .

La competencia del euro

Snow eligió la ciudad de Francfort, el centro financiero de Alemania y la ciudad sede del Banco Central Europeo (BCE), para elogiar al futuro Presidente de esta entidad, el francés Jean-Claude Trichet. A su juicio sería "una elección excelente".

Antes de lo pensado, el euro se ha convertido en una importante moneda de reserva mundial, ganando terreno por la pérdida de valor del dólar estadounidense, que sufrió bajo la debilidad coyuntural y las incertidumbres económicas en los EE.UU.

Por lo tanto, y aunque no se admita a nivel oficial, el euro se ha convertido en un competidor del dólar y de su hegemonía monetaria global. Para Snow, quien reconoce perseguir una "política del dólar fuerte", las buenas relaciones con el BCE son ahora una necesidad. Algunos expertos indican incluso que la Reserva Federal estadounidense y el BCE no podrán evitar cierto grado de cooperación futura, a la hora de determinar los tipos de interés para sus respectivas monedas.

Aunque no haya sido su intención, las declaraciones de John Snow confirman que más allá de esta clase de especulaciones, el euro ya no es la moneda sobre la cual algunos analistas hacían bromas.