Peligro por mega represas
14 de noviembre de 2011
Las grandes represas sirven para evitar inundaciones, ayudan a superar épocas de sequía en la agricultura y, al mismo tiempo, son una fuente de energía no perjudicial para el medio ambiente. El creciente consumo de energía y la necesidad de abastecimiento de agua en el sector agropecuario son las razones del surgimiento de grandes diques en todo el mundo. Entretanto, ya se cuentan más de 45.000 grandes proyectos, casi la mitad de ellos en China, según informa la Comisión Mundial de Represas (ICOLD), con sede en París.
China, precursora
China apuesta como ningún otro país a los proyectos hídricos para cubrir su creciente demanda energética y como reserva acuífera para su agricultura, que debe alimentar a una cantidad cada vez mayor de personas. La represa “Tres gargantas” es un ejemplo emblemático de este desarrollo. El argumento principal para la construcción del proyecto del siglo en China fueron las inundaciones provocadas por la crecida del río Yangtsé, que dejaban un saldo anual de miles de víctimas. En segundo lugar se hallaba, supuestamente, el abastecimiento energético. Entretanto, sin embargo, se constata que la maximización de los recursos energéticos compite con la protección contra las inundaciones. Para lograr un abastecimiento de electricidad óptimo, la represa debe estar llena de agua; para evitar inundaciones debe estar vacía.
Se invirtieron 17 años de en la construcción de la represa del Yangtsé, la de mayor rendimiento en el mundo, con una potencia de 18.200 megavatios. La energía hídrica produce anualmente casi tanta electricidad como unas 9 centrales nucleares y se estima que ahorra más de 160 millones de toneladas de carbón por año, con las correspondientes emisiones de CO2. Las gigantescas esclusas permiten asimismo el paso de buques de carga y de cruceros, todas esas condiciones esenciales para el desarrollo económico. El lago contenido por los muros de la represa tiene una longitud de 600 kilómetros.
Refugiados por consecuencias medioambientales
En este balance, los perdedores son las entre 1,3 y 2 millones de personas que deben ser evacuadas. Asimismo, más de 2.500 especies vegetales y 330 especies de peces se ven amenazadas por la pérdida de su espacio vital. A eso se suman 22 especies de animales que, además, ya figuran en la lista roja de animales en peligro de extinción.
Los daños al ecosistema aún no pueden medirse en su totalidad y sólo con el correr del tiempo se conocerán sus dimensiones reales. Hasta hoy, no es posible saber si los sedimentos del río Yangtsé –que normalmente inundaban los campos y servían de abono- no causarán problemas a la agricultura. Y los expertos advierten que también desaparecerá el sistema de purificación autónomo del río, que depende del ritmo cambiante de crecientes. Al mismo tiempo, se corre peligro de que las instalaciones de la represa se cubran de arena, ya que los sedimentos se depositan en sus muros.
Problemas que no fueron tenidos en cuenta
La basura es otro de los problemas que presenta las represas. A falta de otra alternativa, unas 150 millones de personas tiran una gran parte de los desechos en el río Yangtsé. Y también las fábricas construidas recientemente vuelcan allí sus desechos tóxicos. Ahora, el Gobierno chino admitió que las consecuencias ecológicas y económicas no fueron tomadas suficientemente en cuenta por los planificadores.
Protestas en todo el mundo
La represa de las Tres Gargantas, en China, es un ejemplo de los problemas que pueden acarrear los mega proyectos para producir electricidad en armonía con el medio ambiente. EE. UU. ya anunciaron que no construirán más represas gigantes, ya que los costos ecológicos son demasiado altos.
Las experiencias hechas con represas de grandes dimensiones han opacado la euforia que causaron, en un principio, la producción limpia de energía y las reservas hídricas seguras. En todo el mundo se realizan protestas contra los mega proyectos. En Brasil, un tribunal ordenó recientemente que se suspendieran las obras de la represa de Belo Monte. Allí, en el río Xingú, en plena Selva Amazónica, iba a levantarse la tercera mayor represa hidroeléctrica del mundo.
También en Birma, en el sudeste asiático, el Gobierno detuvo los planes para construir una gran central de energía en Irrawaddy. El proyecto, apoyado por China, va “en contra de la voluntad popular”, según declaró sorpresivamente el presidente birmano, Thein Sein. En Chile, un 70 por ciento de la población está en contra del gigantesco proyecto hidroeléctrico Hidroasyen, en la Patagonia, que haría posible una red eléctrica de 2.000 kilómetros hasta Santiago de Chile.
Daños a largo plazo
En la represa egipcia de Assuan, que alguna vez fue calificada de ‘obra de arte de la ingeniería', la gravedad de las consecuencias son visibles hoy. La represa se terminó de construir en 1971. Actualmente, los suelos de su fundamento están cubiertos de sal porque ya no se producen las crecidas anuales y porque el agua se mezcla con agua de mar en el Delta.
Cambio de concepto: ¿mejor pequeñas que grandes?
Ya a fines del año 2000, la Comisión Mundial de Represas había alertado en un informe que el precio que se pagaba por las mega represas era demasiado alto. De acuerdo con ese informe, para construirlas se expulsaba a cerca de 40 a 80 millones de personas de sus hogares, personas que pasaban a ser refugiados medioambientales y a sufrir las consecuencias de las nuevas tecnologías. Además, no se tenían lo suficientemente en cuenta los daños causados al ecosistema y al clima. Sin embargo, señalaba el informe, las represas también pueden ser un factor fundamental para asegurar el abastecimiento de agua, alimento, electricidad limpia y para prevenir catástrofes. Y subrayaba que, para tomar decisiones en cuanto a ese tipo proyectos, se debe poner mayor énfasis que en épocas anteriores en prevenir las posibles consecuencias ecológicas y sociales que implica.
El informe recomienda, además, verificar también la implementación de proyectos locales y de menor envergadura que no conllevan un riesgo tan grande para los seres humanos y el medio ambiente y que, sin embargo, también pueden contribuir con el abastecimiento de agua y energía a nivel local.
Autora: Helle Jeppesen/ Cristina Papaleo
Editor: José Ospina Valencia