Schröder y Putin, "amigos intocables"
8 de octubre de 2020"Amigos intocables”, el título de una película y una frase, acuñada hace 16 años, que define la amistad entre el excanciller alemán Gerhard Schröder y el presidente ruso, Vladimir Putin. Sin embargo, el excanciller dijo a la cadena ARD en 2004 que "esos son solo conceptos". Pero no hay informe en los medios sobre la relación entre ambos políticos que no aluda a esa frase. "¿Puede decirse que Putin es un demócrata sin tacha?", le preguntó un presentador de ese canal a Schröder. Un demócrata que en 2004 fue reelecto con el 71 por ciento de los votos, asegurándose el control sobre todas las instituciones, lo cual dificulta la renovación de los partidos políticos y recorta los derechos de organizaciones no gubernamentales. Ya entonces, Schröder decía que le creía a Putin, tal vez pensando en el Vladimir Putin con el que tiene una relación estrecha, el que lo invita a andar en trineo en Navidad a Moscú, y que incluso viajó a Hannover cuando el excanciller cumplió 60 años.
"Una amistad que no repara en daños"
Gerhard Schröder siempre defendió a Putin, y lo sigue haciendo, año tras año. ¿Por qué lo hace? "Porque se trata de una amistad entre hombres sin tener consideración por los daños", dice Gernot Erler, un colega del excanciller del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) y excomisionado para Rusia del gobierno alemán, a la emisora DeutschlandFunk.
"Nunca veremos, y de eso estoy seguro, que Gerhard Schröder critique a Putin o apruebe algún tipo de acusación contra él, porque valora mucho esa amistad. Él la entiende de modo tal que, no importa cómo sean los hechos, uno protege y asiste al otro", añade.
A finales de 2005, Gerhard Schröder perdió las nuevas elecciones anticipadas con su partido, el SPD, renunció a su mandato en el Parlamento y anunció que se retiraría de la política. De ese modo se le presentaba por primera vez la posibilidad de apoyar a su amigo ruso.
A pedido de Putin, Schröder se convirtió entonces en presidente del Consejo de Vigilancia de Nord Stream AG. Todavía no había pasado ni un mes luego del final oficial de su mandato como canciller de Alemania, y el presidente ruso ya lo había convencido del "significado europeo” del proyecto de ampliación del gasoducto Nord Stream.
Polonia y los países bálticos criticaron duramente el respaldo de Schröder al controvertido proyecto gasífero, y también le llovieron críticas desde la clase política alemana, ya que, según dijeron, ese nuevo cargo era "un atrevido cambio de bando" y una "burrada" política "indecente". Schröder ya había comenzado a impulsar la ampliación del gasoducto cuando era canciller.
Celebración en San Petersburgo, guerra en Ucrania
En 2014, Schröder festejó otro cumpleaños "redondo", y lo hizo, esta vez, pomposamente, en San Petersburgo, invitado por Nord Stream. Allí se lo vio abrazando cálidamente a Putin. Después de todo, afirmó el excanciller alemán, el presidente ruso es una persona absolutamente confiable, su vínculo con él está marcado por esa confianza y "puede decirse que es una amistad". Pero Schröder aseguró que entre ellos no hablaban sobre política.
Poco antes de ese episodio, Rusia había anexionado el territorio que pertenece a Ucrania según el derecho internacional: la península de Crimea. Y en el este de Ucrania había estallado la guerra entre separatistas prorrusos y soldados ucranianos. Es decir, una gran fiesta en San Petersburgo, mientras a 1.000 kilómetros al sur se desarrollaba una guerra. Una "provocación", según la clase política alemana. "El presidente ruso no es persona non grata", responde a eso Schröder.
Una y otra vez, la actitud aparentemente acrítica de Schröder hacia Putin vuelve a ser tema en los medios alemanes. En 2016, Schröder da una nueva explicación, esta vez histórica, para una amistad muy especial: "Tal vez nos una el hecho de que nuestras familias sufrieron mucho debido a la Segunda Guerra Mundial. Yo perdí a mi padre, y el hermano de Putin murió durante la ocupación de Leningrado por nosotros, los alemanes", dijo el excanciller socialdemócrata, añadiendo que "todo lo que él me prometió, lo ha cumplido. Y yo, por mi parte, también".
Schröder como presidente del Consejo de Rosneft
Un año más tarde, en 2017, era otra vez tiempo de cumplir promesas. El Gobierno ruso propuso a Schröder como presidente del Consejo de Administración de Rosneft, es decir, de la compañía petrolera cuyo accionista mayoritario es el Estado ruso, y que figura en la lista de sancionados de la Unión Europea por la anexión de Crimea.
"Es mi vida, y soy yo quien decide, y no la prensa alemana": con esas palabras defendió Schröder su decisión, también criticando, en medio de la campaña electoral por las parlamentarias, el estacionamiento de soldados del Ejército alemán en Lituania, en las cercanías de la frontera con Rusia. "Una señal totalmente incorrecta", subrayó entonces Schröder. Y los aliados de la OTAN se salieron de las casillas. Además, "en comparación con los presidentes de Estados Unidos, tenemos que estar contentos de tener a Putin", señaló el excanciller.
Dos años más tarde, cuando Gerhard Schröder cumplió 75 años, Putin le agradeció esas declaraciones públicamente, resaltando la "alta autoridad internacional y el gran rol personal" del excanciller "en el desarrollo de las relaciones ruso-alemanas". Parecería que Schröder no quiere poner en peligro esa valoración, por lo que ahora asegura en su podcast que, en el caso del envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalny, "no hay datos seguros". Schröder también demandó al periódico Bild por haber publicado lo que dijo Navalny sobre él: que era "el chico de los mandados" de Putin. Asimismo, Navalny asegura no tener dudas de que Schröder recibió pagos ilegales de Putin. Sin embargo, admitió no tener pruebas de ello.
Dicha demanda judicial es criticada por políticos como Alexander Graf Lambsdorff, del Partido Demócrata Liberal (FDP), quien dijo a DW que Schröder "está dañando a Alemania con su comportamiento". Según Graf Lambsdorff, es muy poco serio que el excanciller defina los resultados de un laboratorio del Ejército alemán como "especulación". En cuanto a las declaraciones de Navalny, el político liberal sostuvo ante DW que "son expresión de su inamovible decisión de reformar el Estado autoritario ruso, que se durmió y no hizo a tiempo una reforma económica, y en el que la corrupción está a la orden del día". Aun cuando las actividades del excanciller Schröder sean legales, agregó, lo que hace Schröder es algo indigno de un exjefe de gobierno alemán: "Grupos empresarios como Gazprom y Rosneft no son actores privados, sino que pertenecen al Estado ruso, que usa la economía energética como un arma contra nuestros países vecinos", sentenció.
Las estrecha relación de Schröder con Putin plantea muchos interrogantes, en vista del desarrollo político actual, y eso apenas sorprende a Gernot Erler. Según él, siempre estuvo de acuerdo con el excanciller en lo que a la evaluación política del acontecer en Rusia se refiere. Pero, dijo Erler "ese acuerdo se terminó cuando se trataba de Putin".
(cp/dz)