América Latina: logros y riesgos de la disciplina monetaria
25 de septiembre de 2007En el mundo hay capital suficiente, pero éste no alcanza a todos los países por igual. El flujo internacional de capitales se ha triplicado en años recientes y, en cambio, América Latina ha registrado una clara disminución en el último lustro en cuanto a la demanda de capital externo. A éstas y otras conclusiones llega el Instituto de Estudios Globales y Regionales, importante centro alemán de investigación ubicado en Hamburgo.
¿Hacia dónde va el dinero?
El flujo neto de capital externo hacia América Latina se ubicaba en 110 mil millones de dólares en 1998. Este nivel ha descendido en los años recientes, hasta llegar a 68 mil millones de dólares en 2006. Esto no significa que la inversión externa directa haya disminuido; de hecho, ésta representa la fuente más importante de financiamiento proveniente del exterior.
En un estudio titulado ¿Puede América Latina sacar provecho de la globalización del capital?, la institución de investigación académica afirma que los perfiles de algunas naciones latinoamericanas, en lo que respecta a su deuda externa, ha mejorado notablemente.
Por ejemplo, Argentina y Uruguay realizaron pagos anticipados al Fondo Monetario Internacional por 9.600 y 2.500 millones de dólares respectivamente. México también pagó antes de vencimiento 2.500 millones de dólares al Banco Interamericano de Desarrollo y al Banco Mundial.
Esto junto con otros factores, causa una disminución en el saldo total de la demanda de capital externo en América Latina. Esto no afecta en modo alguno el crecimiento en lo que respecta a la inversión externa directa: ésta representó en 2006 el 2,5 por ciento del Producto Interior Bruto de la región, con un monto de 70 mil millones de dólares.
Situaciones distintas
“Una evaluación de este tipo no pasa por alto que las economías de los países representan un atractivo diferenciado para los inversores extranjeros. El capital externo privado favorece a aquellas naciones que ofrecen un mercado con mayores posibilidades de crecimiento, que han liberalizado sus mercados financieros y de capitales, y cuya estabilidad macroeconómica es señal de una seguridad relativa para inversionistas”, señala el informe.
De acuerdo con Hartmut Sangmeister y A. Lisa Thimm, autores del estudio, “como ejemplo está el caso de Chile, que acaparó más de 8.000 millones de dólares en inversión externa directa entre 1996 y 2005. Con esto, el pequeño país recibió más del 8 por ciento de la inversión directa proveniente del exterior hacia América Latina”.
En este mismo periodo, Brasil fue la nación latinoamericana que mayores inversiones atrajo del extranjero, con casi 207 mil millones de dólares, seguido por México, con más de 165 mil millones de dólares.
¿A quién prestan los bancos de desarrollo?
El estudio también destaca el papel de las instituciones monetarias destinadas a promover el desarrollo en la región. “Los críticos reprochan al Banco Interamericano de Desarrollo que destine recursos a naciones que de todas formas tienen acceso a los capitales internacionales. Es un hecho que los créditos del BID tienen como destino mayormente a naciones que figuran en los primeros lugares en cuanto a la inversión externa directa. Los principales receptores de créditos del BID en los últimos diez años han sido Brasil, Argentina y México ».
El estudio de la institución alemana considera que pese a los indicadores positivos de algunas naciones deudoras, « la adopción de políticas populistas-nacionalistas como las que se propagan en varios países latinoamericanos, pueden conducir a cambios en la evaluación de riesgos, y con ello afectar negativamente el flujo de capitales hacia la región ».