Angela Merkel: un ave de hierro
11 de octubre de 2005Angela Merkel ha llegado, como primera mujer en la historia de Alemania, al puesto de canciller. Una brillante carrera académica y una meteórica metamorfosis política de quince años acreditan su capacidad. La parquedad y la fría distancia que emana explican los sentimientos confusos que la nación que gobernará tiene hacia ella.
La mujer de acero
No es sólo el hecho de que Angela Merkel sea mujer lo que hace insólito el hecho de que llegue ahora al poder quince años después de abandonar la física por la política y cinco después de ascender a líder de su partido. Es más bien que durante su carrera política ha manifestado una increíble capacidad para imponerse y una lealtad hacia sus propios principios acompañadas de voluntad inquebrantable.
Si bien será la canciller más joven de la historia de República Federal de Alemania, sus 51 años no distan mucho de los 52 que tenía el ex canciller Helmut Kohl cuando asumió un poder que abandonó apenas 16 años después. "Angie" -apelativo surgido en la campaña y abandonado rápidamente- nunca ha querido usar en su carrera nada que pudiese atribuirse a su lado femenino. La parquedad de sus expresiones emocionales y la poca expresividad de su rostro le ganó el nombre de la mujer de hierro, también haciendo alusión a la británica Margareth Thatcher.
Kassner, Merkel y Sauer
Angela Dorothea Kassner nació en Hamburgo en 1954 como la hija de un pastor protestante. A pesar de que unas semanas después se radicaron en una pequeña parroquia de la Alemania comunista, los Kassner nunca fueron una familia típica del Este, pues gozaban de ciertos privilegios. Angela, alumna ejemplar, eligió estudiar física, lo que hizo en Leipzig y en Berlín. A los 23 años se casó con Ulrich Merkel, un compañero de estudios, del que conserva el apellido, pese a que el matrimonio no tuvo hijos y la pareja se divorció cinco años después. Angela Merkel culminó a los 32 años su excelente historial académico con un doctorado en física, en cuyo capítulo de agradecimientos consta el Doctor Joachim Sauer, su actual esposo. Aparte de su matrimonio en 1998 después de varios años de convivencia poco o nada se sabe de la vida familiar del matrimonio Merkel.
La extraña
"La extraña" la llama Der Spiegel en la semblanza suya que publicó inmediatamente después de que las negociaciones de la cúspide política de CDU/CSU y SPD culminaran con el acuerdo de la gran coalición, en aras de la cual se sacrificó la cabeza de Schröder. "A los ciudadanos que tiene que gobernar no deja de parecerles inquietante", opina el prestigioso semanario. Esto no se debe sólo al inextricable cerco en torno a su vida privada, sino a que, efectivamente, será el canciller más "original" de la historia alemana: es mujer y trae consigo el bagaje de experiencia de la antigua República Democrática, pero nunca intentó convertir lo uno o lo otro en fáciles réditos políticos. "Merkel no le facilitó a los alemanes el votar por ella", dice el Spiegel, ni personal ni políticamente. A ello hay que añadir que si bien se la conoce en su labor como ministra jamás ha gobernado regionalmente, como lo han hecho todos sus antecesores.
El albatros
Si en un comienzo fue la "muchacha" que descubrió el ex canciller Kohl justo después de la caída del Muro y a la que puso poco después al frente del Ministerio de Familia, Merkel supo zafarse de su mentor cuando éste iba en picada. Sus enemigos, también los de las propias filas, se han encargado de difundir sobre ella la imagen de una fría oportunista que en su camino al poder, sembrado de cadáveres políticos, ha sabido aprovechar toda circunstancia favorable y también desembarazarse de cualquier peso que pudiese ser un lastre en su vuelo.
Como fuere, a pesar de que los ocho ministerios que hubo que ceder a los socialdemócratas dicen que es un precio demasiado alto por la silla de canciller, Merkel ha logrado, una vez más, imponerse. A la pregunta de cómo se sentía la nueva canciller alemana, Merkel respondió a la prensa extranjera con la parquedad que la caracteriza diciendo: "Me siento bien y veo el gran trabajo que tengo por delante". El prestigioso Süddeutsche Zeitung ha comparado la llegada al poder de Angela Merkel con el aterrizaje de una albatros diciendo "con esta ave graciosa y un tanto torpe, uno tiene la sensación de que cada aterrizaje podría ser el último". Teniendo en cuenta su historial, por verse está si en ello radica su parecido con esta blanca ave meridional de largas alas, excelente voladora y depredadora voraz.