Apoyo europeo en elecciones centroamericanas
31 de enero de 2014Para las elecciones del 2 de febrero en El Salvador, la Unión Europea enviará como observadores a dos expertos, y a otros dos en caso de que hubiera una segunda vuelta, el 9 de marzo. En el caso de las elecciones presidenciales de Costa Rica, que se celebran el mismo 2 de febrero, la UE no enviará observadores. Y es que mientras que la observación electoral europea en El Salvador viene ya de hace tiempo, a Costa Rica nunca ha asistido. ¿Por qué? “Costa Rica no ha invitado a la UE a observar las próximas elecciones presidenciales y legislativas de febrero”, es la respuesta del Servicio Europeo de Acción Exterior.
“Por tradición, la UE mantiene una cercanía con todos los países latinoamericanos y parte de ello se manifiesta en el proceso de consolidación democrática en El Salvador”, decía a DW Edgar H. Varela, embajador de El Salvador ante Bélgica y la Unión Europea.
Por su parte, desde el servicio diplomático de Costa Rica, explican a DW que los observadores europeos sólo van a los países que se encuentran todavía en proceso de consolidación de sus estructuras democráticas. Y ése no es el caso del país centroamericano en donde se inició el Diálogo de San José, en 1984, en donde la UE comprometió su apoyo a la gestión costarricense por la paz en la región.
Como comparación, a Honduras -que quería dejar atrás la crisis política posterior al golpe de estado- los europeos desplegaron una misión electoral de más de cien observadores que estuvo en el país ocho semanas.
Nuevos votantes
En el Salvador, están convocados cerca de 5 millones de ciudadanos y 10.337 que residen en el exterior. El voto de los salvadoreños residentes en el exterior será la gran innovación de estos comicios. Sobre todo los que residen en Estados Unidos –las cifras varían, dependiendo de la fuente, entre 1,5 y tres millones- podrán participar de esta jornada electoral, las cuarta desde que se firmara el acuerdo de paz en 1992.
“En esta ocasión no fue posible generar la logística para alcanzar a todos y que todos los residentes en el extranjero puedan votar, pero para las próximas elecciones sí se va a dar cobertura a todos los países moviendo todas las máquinas para tomarles la fotografía y darles su carnet electoral”, explica el diplomático. Eso incluiría a los cerca de 70.000 salvadoreños afincados en Europa, la mayoría en Milán y Madrid.
Nuevo en la jornada electoral salvadoreña es también el “voto residencial”: las urnas se encuentran más cerca de los votantes en los 262 municipios del país. El no tener que desplazarse hará, según las previsiones, que un 80% de empadronados ejerzan efectivamente su derecho al voto. La UE ha cooperado con este proyecto, igual que con las estructuras de seguridad del país que tiene una tasa de 70 homicidios por cada 100.000 habitantes.
“Estamos en pleno proceso de construir y darle vida a la plataforma institucional, con el apoyo de la UE. Podremos medir su incidencia por primera vez el 2 de febrero, y el 9 de marzo en caso de que haya una segunda vuelta”, concluye Varela.
Certificación internacional
Por parte, en Costa Rica, 3,1 millones de nacionales votarán en el país. Y poco más de 12.000 en el extranjero, la mayor parte de ellos desde Nueva York. También en esto difiere San Salvador en su relación con la UE: la cooperación europea se ha centrado en la integración regional y en la cohesión social, y no en materia de desarrollo institucional. Con respecto a las instituciones electorales, Costa Rica acaba de recibir la certificación internacional del Comité ISO, un sello de calidad que en América Latina sólo tienen Panamá, Paraguay y Perú.
En estas primeras elecciones salvadoreñas y costarricenses después de la firma del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y los países centroamericanos, los enviados especiales se quedarán en El Salvador, en caso de segunda vuelta, hasta después del 9 de marzo y luego emitirán un informe con recomendaciones; el proceso electoral costarricense será observado por la misión diplomática europea desde su sede de Managua.