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En un bar cubano de Berlín, el alemán Michael Diegmann repasa junto a Pía Castro sus primeros momentos en la isla, cuando soñaba con trabajar en el fascinante Capitolio cubano. Años después, y con el apoyo del prestigioso historiador Eusebio Leal, Diegmann no solo trabajó en la restauración de ese edificio, sino en la de muchos otros como la fachada del mausoleo del Che Guevara y la Catedral, la que restauró a contrarreloj para la visita del Papa Francisco. En esta entrevista para ¡Aquí estoy!, este alemán originario de Turingia, que extraña la Bundesliga y afirma que “el béisbol no es un deporte”, dice sentirse cubano y resalta la importancia que para él tiene “sentir” algo por el objeto de trabajo en el arte de la restauración.