Argentina-Bélgica: revancha mundialista

25 de junio de 1986. Estadio Azteca en el DF. En las semifinales del Mundial de México, Argentina y Bélgica miden sus fuerzas por un puesto en la final, en la que ya espera Alemania Federal. La selección belga de Enzo Scifo y Jan Ceulemans, sorpresa del torneo, sucumbe ante una Argentina magnífica que, gracias a dos goles de Diego Armando Maradona, consigue el pase a una final que a la postre ganaría.

Veinticuatro años después, Argentina contempla con expectación cómo su selección vuelve a disputar los cuartos de final de un Mundial ante un rival que le trae buenos recuerdos. Si en aquella época la albiceleste dependía de lo que hiciera el Pelusa, en la actual hay dos hombres imprescindibles para que el equipo funcione: Ángel Di María y Lionel Messi. En octavos de final, ante Suiza, el jugador del Real Madrid volvió a ser clave ya que, gracias a un gol suyo en los minutos finales de la prórroga, Argentina pasó de ronda y logró evitar la siempre fatídica tanda de penaltis.

Este sábado (5.7.2014), ante Bélgica, el entrenador argentino Alejandro Sabella volverá a darle las riendas del ataque a sus dos hombres clave. Junto a ellos, y puesto que parece que el Kun Agüero aún no está al cien por cien, el seleccionador dará entrada de nuevo a Ezequiel Lavezzi, quien ya fue de la partida ante Suiza. Asimismo, y debido al flojo rendimiento mostrado hasta ahora por el jugador del Nápoles, Gonzalo Higuaín, es posible que el seleccionador confíe en el ariete del Inter de Milán, Rodrigo Palacio.

Los belgas de Marc Wilmots llegan eufóricos después de derrotar a Estados Unidos en una prórroga para el recuerdo. Los goles de Kevin de Bruyne y Romeu Lukaku –que había entrado sustituyendo a Origi en el minuto 91– otorgaron el pase a una selección de Bélgica que no pisaba unos cuartos de final desde el citado Mundial de México 1986.

Aunque Wilmots está consciente del nivel ofensivo de los argentinos, esta semana calificaba de “vulnerable” a la defensa albiceleste. “Creo que Argentina es un equipo al que le falta equilibrio. Nos vamos a concentrar en ellos como equipo, no solo en Messi. Suiza le hizo un buen partido. Nosotros jugamos de la misma manera desde el ataque para atrás. No sé cómo se adaptarán a nuestro juego”, explicó Wilmots.

La clave: El desborde de Di María y la magia de Leo Messi son las principales armas de las que dispone Argentina para derrotar a una selección belga que, a pesar de su juventud, tiene un mejor conjunto. El partido se puede decidir en un contraataque.