"La sensación de inseguridad es nueva"
21 de diciembre de 2016La iglesia berlinesa Gedächtniskirche es un monumento que resistió la II Guerra Mundial y un símbolo de la reconciliación y el entendimiento entre los pueblos. Que justamente cerca de ella se haya llevado a cabo un atentado vuelve ese hecho especialmente pérfido. Y por eso no sorprende que la Iglesia Evangélica de Alemania (EKD) invitara justamente allí a realizar una misa en honor a las víctimas. "Todos estamos indignados por este acto de violencia brutal y sin sentido", dijo el presidente del Consejo de la EKD, Herinrich Bedford-Strohm.
Consternación y condolencias entre judíos y musulmanes
Con gran indignación reaccionó también el Consejo Central de los Judíos en Alemania al atentado en Berlín: "Justamente en la época prenavideña en la que nuestra sociedad resalta valores como el amor al prójimo, la bondad y la paz, nuestro país volvió a ser golpeado en lo más profundo por este ataque", explicó el presidente de ese consejo, Josef Schuster, ayer, martes (20.12.2016). "Nuestros pensamientos están con las víctimas, con sus familiares y amigos. Deseamos que los heridos se recuperen rápidamente". Al mismo tiempo, Schuster subrayó que "sin embargo, no debemos dejar que el miedo al terrorismo influya en nuestra forma de pensar y actuar".
Desde otro ámbito de la sociedad alemana, la ministra de Cultura, Monika Grütters, invitó este miércoles (21.12.2016) a debatir el tema de la igualdad de oportunidades para mujeres y hombres en la cultura y los medios, en la cancillería alemana. Pero luego del atentado en el mercado navideño de Breitscheidplatz, en Berlín, pensó en no pasar directamente a otro tema. Sin embargo, ese Ministerio decidió que la mesa redonda sobre la igualdad de género tendría lugar, ya que "este tipo de hechos tienen por fin amedrentar a la sociedad, y ese efecto no debe producirse; la vida debe continuar".
Cómo seguir elaborando el trauma
"El atentado en Berlín es una tragedia y también un llamado de atención", dijo a DW Ulrike Ackermann, directora del Instituto John Stuart Mills, de Heidelberg, quien sospecha que se trató de un ataque perpetrado por islamistas radicales. "La guerra contra Occidente va en contra de los supuestamente 'infieles' y de sus símbolos", añadió. Según ella, "ya es hora de plantear una amplia discusión pública sobre lo que quiere esta sociedad y cuáles son sus valores, qué es lo que se puede negociar y qué no".
Christian Lüdke, experto en el tratamiento de personas que sufrieron sucesos traumáticos, explicó a DW que "en una sociedad abierta como en la que vivimos nunca habrá un cien por ciento de seguridad. Por eso, deberíamos tratar de volver rápidamente a la normalidad de la vida cotidiana, ya que eso nos transmite seguridad". Y añadió: "No deberíamos dejar de ir hoy al mercado de Navidad, a comprar nuestros regalos o visitar algún evento". Y es que el próximo gran evento ya casi golpea a la puerta: falta poco para la noche de Año Nuevo.
De acuerdo con la portavoz de Willy Kausch, el empresario que organiza la gran fiesta del 31 de diciembre en la Puerta de Brandeburgo, se está trabajando de acuerdo con un concepto de seguridad de probada eficiencia: "El área estará cercada, al contrario de los mercados navideños. Tendremos vigilancia con cámaras de video y controles permanentes". Además, el personal de la firma estará en contacto con las fuerzas de seguridad.
Pero la sensación de que Alemania también es vulnerable se impone luego del brutal atentado de Berlín. Para Andy Spyra, un reportero gráfico de Dortmund que viaja por Siria, Irak, Nigeria y otros países para revistas como GEO o Stern, las cosas han cambiado mucho: "Llegué el viernes desde Irak a mi hogar, en Alemania, vi a mis hijos, y lo que pasó ayer lo vivo en los países a los que viajo por trabajo, como Siria o Afganistán. El atentado me afectó mucho a nivel emocional; más de lo que hubiera pensado. Ahora tengo una sensación de inseguridad y fragilidad que nunca había tenido al estar aquí."