Aumento de los costos amenaza las pensiones europeas
18 de agosto de 2024La bomba demográfica europea lleva años amenazando con explotar, con sociedades cada vez más envejecidas. Más de un quinto de la población de la Unión Europea tiene actualmente 65 años o más, y ese guarismo llegará a un tercio en 2050. La Organización Mundial de la Salud advirtió ya el año pasado que 2024 sería el momento en que los mayores de 65 superarían en número a los menores de 15 años en el llamado -vaya- Viejo Continente.
Pese a los crecientes números de inmigrantes en las últimas dos décadas, Europa aún necesita atraer a más trabajadores que paguen los impuestos necesarios para cubrir el creciente costo de las pensiones. Mientras, la factura anual de las pensiones ha alcanzado el 10 por ciento del producto interno bruto en 17 de los 27 estados de la UE. Incluso en Italia y Grecia las pensiones suponen ya el 16 por ciento del PIB.
Nadie quiere jubilarse más tarde
Para ayudar a enfrentar los crecientes costos, varios países de la UE han modificado sus sistemas públicos de pensiones, incluso elevando la edad de jubilación. Francia, por ejemplo, enfrentó masivas protestas el año pasado por los planes de obligar a los trabajadores a jubilarse a los 64 años en lugar de los actuales 62.
Otros países europeos han ido más lejos. Reino Unido planea que a mediados de la década de 2040 las personas jubilen a los 68 años. "Los neerlandeses reformaron recientemente su sistema de pensiones, pero no están logrando los objetivos fijados", dice a DW Hans van Meerten, profesor de Derecho Europeo de Pensiones. "En Alemania, Bélgica y varios otros países europeos no veo que se realicen las reformas necesarias. Están cavando sus propias tumbas", apunta.
Además de la presión para las finanzas, millones de personas no ahorran lo suficiente en sistemas privados destinados a complementar sus pensiones estatales. Según el Eurobarómetro, solo el 23 por ciento de los residentes de la Unión Europea tienen un plan de pensiones en sus empresas, y sólo el 19 por ciento posee un seguro adicional.
Bajos rendimientos e inflación
"En la década pasada, la crisis de las pensiones europeas ha empeorado debido a que los rendimientos reales de sus ahorros no han sido suficientemente buenos para superar la inflación", explica a DW Arnaud Houdmont, director de comunicaciones de la firma de inversores Better Finance. "Esto redunda en una pérdida sustancial de poder adquisitivo para los ahorradores", explica.
Un análisis del Centro Finlandés de Pensiones concluyó que la rentabilidad nominal de las pensiones en todo el mundo fue, en promedio, del 8 por ciento en 2023. Pero después de calcular la inflación que hubo tras la pandemia del coronavirus, la rentabilidad real fue sólo del 2 por ciento.
Lenta implementación de reformas
Para ayudar a abordar el déficit de ahorro, la UE introdujo en marzo de 2022 el Producto Paneuropeo de Pensiones Personales (PPEP, por sus siglas en inglés), un plan que permite a los trabajadores acumular una pensión adicional, que es totalmente transferible cuando se trasladan de un estado a otro de la Unión Europea. Sin embargo, solo Eslovaquia ha puesto en marcha el plan.
Otro problema, dicen algunos expertos en pensiones, es que este producto es también muy complicado y restrictivo. Además, es visto como una competencia indeseada por fondos de inversión como BlackRock o Fidelity, cuyos mayores clientes son grandes fondos de pensiones neerlandeses, noruego y alemanes, que representan a decenas de millones de ahorrantes europeos.
Varias industrias europeas tienen sus propios planes de pensiones. Casi el 60 por ciento de los trabajadores alemanes que cotizan en la seguridad social pertenecen a este tipo de planes, que suelen ofrecer a los ahorrantes, especialmente a aquellos que se desempeñan en trabajos físicamente exigentes, la opción de jubilarse anticipadamente, entre otras ventajas.
Los trabajadores piden más flexibilidad
El auge de "neobrokers" como Robinhood, eToro y Trade Republic, que dan a los usuarios la posibilidad de gestionar sus inversiones a través de apps, permite evadir en cierto modo muchos de los problemas de los -a veces- engorrosos sistemas de pensiones europeos.
Los proveedores tradicionales sostienen que las apps alientan a los usuarios a asumir riesgos innecesarios y desinformados que podrían perjudicar sus retornos a la largo plazo, mientras que los defensores de estas aplicaciones dicen que han hecho que la inversión sea más simple, barata y transparente.
Van Meerten cree que los trabajadores podrían motivarse más para ahorrar si tuvieran más voz en cómo se gestionan sus inversiones. "¿Quieren que sus ahorros sean ecológicos?, ¿les parece bien que se inviertan en Israel? Dejemos que las personas decidan. ¿Por qué las autoridades o los sindicatos tendrían que decidir esto por ustedes", sostiene.
Houdmont, de Better Finance, advierte que el futuro es poco alentador. "Hay muchas posibilidades de que la próxima generación se jubile más pobre y a mayor edad que sus predecesores", señala.
(dzc/lgc)