Austria regula el suicidio asistido a enfermos terminales
23 de octubre de 2021En Austria, el gobierno acordó una nueva regulación legal para el suicidio asistido. Cualquiera que quiera recurrir a él puede hacer un testamento de muerte a partir de 2022, similar al testamento en vida. La nueva legislación fue presentada por la ministra de Justicia, Alma Zadic, la de Asuntos Constitucionales, Karoline Edstadler, y Wolfgang Mückstein, ministro de Salud, en una rueda de prensa este sábado (23.10.2021). La medida está restringida a los enfermos crónicos o terminales, quedando excluidos, no obstante, los menores de edad. También se incluyen medidas para evitar que familiares puedan forzar el suicidio de un pariente con el fin de hacerse con su herencia u otros "motivos despreciables".
La regulación se ha vuelto necesaria, porque el Tribunal Constitucional (VfGH) levantó la prohibición del suicidio asistido en Austria este mismo año, pero no la prohibición de la eutanasia activa, al suspender la ley que prohibía el suicidio asistido. Sin la nueva ley, el suicidio asistido hubiese sido legal, por tanto, sin ningún tipo de restricciones. Antes de que se acepte una muerte, dos médicos deben informar al paciente. En caso de duda, estos podrán llamar además a un psicólogo o psiquiatra. Entonces, la persona tendrá derecho a recoger una preparación letal en una farmacia. También se puede especificar una persona en la resolución a una persona para que recoja el fármaco.
Para ello, se exige primero una declaración firmada por el paciente ante un notario o abogado sobre sus intenciones de recurrir a un suicidio asistido. Un 'testamento de muerte', similar al 'testamento de vida', han comparado las ministras. El preparado debe administrarse respetando un período de doce semanas desde emitida la resolución, para evitar decisiones tomadas en fases agudas de crisis. Si a los enfermos se calcula poco tiempo de vida, ese período de espera se reduce a dos semanas.
Ninguna de las personas involucradas en el proceso del suicidio asistido podrán ser denunciadas ante la Justicia, aunque será el enfermo quien deberá ingerir sin asistencia la sustancia, en el caso de no ser posible deberá ser él mismo que active la sonda que introduzca el fármaco en su organismo. Zadic habló hoy de un "tema muy delicado" que necesitaba "seguridad jurídica" mediante la nueva ley, para que personas que desean ayudar a sus parientes o amigos enfermos no incurran en ningún delito y "puedan asistir a personas muy enfermas en su decisión de morir con dignidad".
lgc (dpa/efe)