El Santuario de Pelagos, frente a las costas de Italia y Francia, alberga a unas 2.000 ballenas. En este área están prohibidas la pesca de arrastre y las regatas de lanchas. Sin embargo, a pesar de la protección de esta zona marina, las ballenas corren peligro, sobre todo por las colisiones con barcos. La investigadora de ballenas Sabina Airoldi, del Instituto de Investigación Tethys, lleva décadas documentando los riegos que corren para los cetáceos. Pasa meses recorriendo el mar de Liguria para avistar e identificar ballenas. A lo largo de décadas ha documentado un número excepcionalmente elevado de estos animales, al mismo tiempo que sus constantes amenazas. Un programa de voluntarios ayuda a financiar la observación de las ballenas. De mayo a septiembre, once curiosos pueden emprender una travesía de seis días en el barco "Pelagos". Pagan entre 700 y 900 euros, duermen en camarotes de cuatro literas, realizan tareas de cocina y limpieza y ayudan a los investigadores a recopilar información en los avistamientos de ballenas. Una de estos tripulantes es Emma, de 17 años, que en el buque de investigación de Sabina Airoldi quiere averiguar si también a ella le gustaría dedicarse a investigar las ballenas.