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Barriga abultada, corazón enfermo

Emilia Rojas Sasse28 de octubre de 2005

No toda gordura entraña los mismos peligros, según los descubrimientos presentados en un simposio internacional que tiene lugar en Berlín. El mayor riesgo radica en las adiposidades abdominales.

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Con el barrilito de cerveza a cuestas no se llega muy lejos.Imagen: AP

El contraste no puede ser más brutal: el hambre y sus secuelas han provocado este año la muerte de 6,2 millones de personas, de acuerdo con cifras de la ONU. Al mismo tiempo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2 y 5 millones de personas mueren anualmente de enfermedades cardiovasculares, como consecuencia directa del exceso de peso. La obesidad no se circunscribe sólo a las naciones industrializadas, sino que se ha transformado en un problema global.

Übergewicht Frau im Bikini
Los flotadores incorporados no sirven para salvar vidas.Imagen: dpa - Report

Que la gordura no es parte de la hermosura, como se pensaba en los tiempos de Rubens, es algo que la cultura occidental ya asumió en el siglo XX. Pero no se trata de un problema estético, sino de salud. Los riesgos que conlleva la obesidad son de todos conocidos, comenzando por el de sufrir de diabetes tipo 2 o de hipertensión arterial, con el consiguiente peligro de infarto, derrame cerebral o daños renales. Lo que hasta ahora no se sabía es que hay formas de exceso de peso más peligrosas que otras.

Sancho Panza: tipo de alto riesgo

La constatación de que también es importante la distribución de la gordura en el cuerpo humano es una de las principales novedades presentadas en el IV simposio internacional sobre "Adiposidad e hipertensión arterial", que se desarrolla en Centro de Medicina Molecular Max Delbrück, en Berlín. De acuerdo con lo allí expuesto, las personas con depósitos adiposos en la región abdominal están más expuestas a padecer las enfermedades que suelen derivarse del sobrepeso.

Desde hace ya años se sabe que las células adiposas producen una serie de substancias nocivas para el sistema cardiovascular y los riñones. Lo que los investigadores descubrieron recientemente es que las células adiposas del tejido abdominal tienen un metabolismo especialmente activo, de modo que resultan más peligrosas, porque producen hormonas y sustancias que coadyuvan en gran medida a provocar hipertensión y trastornos metabólicos.

Enfermedades precoces

En el simposio berlinés también se volvió a poner de manifiesto otra tendencia inquietante: cada vez hay más niños con sobrepeso, que padecen males hasta hace poco privativos de la gente mayor. La Organización Mundial de la Salud estima que entre 18 y 22 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso. Uno de cada cinco niños europeos es demasiado gordo, lo que incide directamente en su salud.

Estudios realizados en Irán, Croacia y Polonia, y presentados ahora en la capital alemana, indican que los niños y jóvenes con exceso de peso corren un riesgo mucho mayor que el resto de los chicos de su edad de enfermar de hipertensión o de diabetes tipo 2. En consecuencia, la lucha contra la obesidad debería comenzar temprano y concentrarse, principalmente, en esas odiosas acumulaciones adiposas que no sólo deforman el talle, sino amenazan incluso la vida de sus portadores.