Bayer Leverkusen: el gran inconstante
13 de abril de 2008En Leverkusen no se sueña con el titulo del campeonato alemán, para ello es la diferencia de puntos, de nomina y de recursos con relación al líder Bayern Munich demasiado grande. Los objetivos del club de la multinacional química y farmacéutica Bayer son otros: los torneos europeos.
Cerrar la temporada de la Bundesliga ocupando el segundo o tercer puesto significaría el regreso a la Champions League; un cuarto o quinto lugar la clasificación en la Copa UEFA. El objetivo mínimo es la quinta posición pero el equipo es hoy sexto y detrás suyo vienen dos equipos (Wolfsburg y Francfort) con aspiraciones semejantes.
Cambio de viento
En el caso de Leverkusen ya no se habla de un bajón, la descripción de su situación ha recibido el rotulo de "crisis" y el trabajo al interior del club se concentra en recobrar la forma exhibida hasta la tercera semana de marzo.
Entonces el equipo venía de ganar sus últimos 4 partidos del campeonato, había obtenido 17 puntos en 7 cotejos y ocupaba la tercera casilla del tablero. Todo marchaba dentro de lo planeado.
El plantel deslumbraba con su eficacia, con su forma de jugar un fútbol fresco y agresivo en el que se combinaban experiencia y madurez con juventud y atrevimiento.
Los "viejos zorros" Bernd Schneider y Sergej Barbarez conducían una camada de jóvenes talentosos: el portero Rene Adler, el chileno Arturo Vidal, el hispano-alemán Gonzalo Castro, el suizo Tranquillo Barnetta, la revelación del torneo Simon Rolfes, el delantero Stefan Kießling y el goleador de la pasado temporada, el griego Theofanis Gekas.
Esa nomina -y los resultados hasta entonces obtenidos- permitía abrigar la esperanza de un retorno por la puerta grande al fútbol internacional y recordaba al glorioso (aunque sin títulos) plantel de principios de la década donde formaban Michael Ballack, Lucio, Ze Roberto, Roque Junior, Juan, Yildiray Bastürk, Diego Placente, Dimiter Berbatov y Oliver Neuville, que disputó la final de la Champions League en el 2002.
La crisis
El desmoronamiento del Leverkusen se inició en Munich tras perder 2-1 ante el Bayern el 22 de marzo. Desde entonces el equipo sólo han acumulado derrotas en la Bundesliga: 2-0 en casa ante su inmediato perseguidor, el Francfort; y en Dortmund 2-1.
A ello se le suma la eliminación en la Copa UEFA tras perder 4-1 en su estadio ante el Zenit de Rusia en cuartos de final; la victoria 1-0 en el partido de vuelta fue sólo cosmética, pero tal vez sirva para realentar al equipo.
Fuera de los torneos internacionales, y con la difícil tarea de conseguir este fin de semana un resultado positivo ante el nuevamente fuerte Stuttgart, campeón alemán de la temporada pasada y actual dueño de la quinta posición, el Leverkusen tiene una dura campaña por delante en la que sólo consolidando su constancia podrá obtener el objetivo que se propone: un lugar entre los mejores clubes de Europa.