El anuncio del Vaticano de aceptar bendecir a parejas del mismo sexo, pero sin equipararlas al matrimonio y fuera de los ritos litúrgicos, se considera un paso positivo pero aún insuficiente en colectivos de la diversidad sexual, mientras los más tradicionalistas se niegan a aceptarla. En Argentina, país pionero en derechos LGTBIQ+, el documento validó prácticas que ya se llevaban a cabo.