¿Ciao, Silvio?
7 de noviembre de 2011El "sube y baja" en las bolsas de valores no podría ser menos halagador para el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi: las pérdidas con que los parqués internacionales abrieron la jornada del lunes (7.11.2011), ocasionadas por el temor a que un nuevo Gobierno de coalición en Atenas no aprobara a tiempo el plan de rescate europeo para Grecia, se revirtieron ligeramente cuando volvió a cobrar fuerza el rumor de que “il Cavaliere” renunciaría a su cargo en cualquier momento.
Los márgenes de ganancia volvieron a reducirse cuando el propio Berlusconi negó que estuviera pensando en dimitir, dejando en el aire la impresión de que, además de los ciudadanos que claman por su renuncia en multitudinarias protestas de calle, atribuyéndole ineptitud política y económica, también el sector financiero percibe al actual mandatario italiano como uno de los factores que estimulan la desconfianza en el país sureuropeo. Pero, ¿quiénes avivaron los rumores este lunes (7.11.2011)?
Un par de periodistas muy cercanos al líder de centroderecha atizaron el tema nuevamente. “Que Silvio Berlusconi está por dimitir es evidente. Es una cuestión de horas, algunos dirían que de minutos”, señaló Giuliano Ferrara, ex ministro y editor del diario Foglio. Otro allegado del hombre fuerte de Roma, Franco Bechis, subdirector del diario Libero, declaró vía Twitter que la renuncia tendría lugar en la noche de este 7 de noviembre o en la mañana del día 8.
Entre la presión del FMI y la de los “rebeldes” de su partido
Pese al desmentido del propio Berlusconi, comunicado vía Facebook, la credibilidad de esos anuncios se ha visto reforzada por circunstancias que están a la vista de los italianos y del mundo. Ya el viernes (4.11.2011), la prensa local le atribuyó dos fracasos al primer ministro que le harían imposible seguir gobernando a sus anchas. El primero: el hecho de haber aceptado que el Fondo Monetario Internacional (FMI) supervise cada tres meses la implementación de las reformas económicas que él prometió y no ha aplicado.
El segundo: la ola de deserciones que aflige a su partido, Pueblo de la Libertad (PdL). La Cámara baja del Parlamento tiene 630 puestos y los comentaristas del periódico Corriere della Sera sostienen que, en este momento, Berlusconi sólo cuenta con el respaldo de 306 diputados. “La mayoría en el poder parece disolverse como un muñeco de nieve en primavera”, escribía recientemente Stefano Folli, del diario económico Il Sole 24 Ore, un respetado periodista italiano.
Estas deserciones –se trata de entre veinte y cuarenta “rebeldes”, según los medios italianos– harán una gran diferencia este martes (8.11.2011), cuando la Cámara de Diputados vote a favor o en contra del programa de recortes fiscales de Berlusconi. El primer ministro insiste en que sigue teniendo una mayoría en el Parlamento, pero la oposición de centroizquierda refutó esa afirmación y advirtió que preparaba una moción de censura para torpedear al Gobierno de Berlusconi en caso de que sobreviva a la jornada del 8 de noviembre.
El poder de persuasión de Berlusconi, puesto a prueba
Sin embargo, el magnate de los medios de 75 años ya ha puesto en uso su poder de persuasión en el pasado para resolver situaciones críticas a última hora. Algunos seguidores de Berlusconi no tienen problema alguno en contar a la prensa los recursos a los que apelará para garantizarse una mayoría parlamentaria; un diputado del PdL dijo que el primer ministro estaba dispuesto a recompensar con cargos en el Gobierno tanto a los indecisos como a los “traidores en potencia”.
El jefe del Gobierno italiano ha dicho que la única salida a esta crisis de confianza es la realización de elecciones anticipadas en la primavera boreal de 2012 y no la formación de un Gobierno de unidad nacional apuntalado por tecnócratas, como lo han recomendado numerosos políticos y analistas financieros, confiando en que los tecnócratas en cuestión tendrán mejor disposición para aprobar medidas de austeridad impopulares antes de los próximos comicios para elegir a un nuevo jefe de Gobierno, pautados para 2013.
Las encuestas apuntan a que la oposición de centroizquierda ganaría si se efectuaran elecciones anticipadas. Y los conocedores del acontecer económico sugieren que, si Berlusconi abandona el poder, es muy probable que a los activos italianos se les dé una tregua en los mercados financieros. Eso no pondría fin a todos los problemas del país, pero sí a algunos. Este 4 de noviembre, el rendimiento de los bonos italianos a diez años alcanzó su nivel más alto desde que el euro entró en vigencia: 6,43 por ciento. Esa marca está peligrosamente cerca de las alcanzadas por los bonos de Irlanda y Portugal cuando la Unión Europea se vio obligada a rescatar a esos países.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Rosa Muñoz Lima