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PolíticaGuatemala

Arévalo: en Guatemala lo primero es reconstruir el Estado

Sandra Weiss desde Guatemala
15 de agosto de 2023

Guatemala elige presidente en segunda vuelta el 20 de agosto, y Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla, lidera las encuestas. DW lo entrevistó.

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 César Bernardo Arévalo De León.
César Bernardo Arévalo De León, candidato a presidente del Movimiento Semilla en la segunda vuelta en Guatemala.Imagen: Gobierno de Guatemala/Wikipedia

El 20 de agosto Guatemala elige en  segunda vuelta un nuevo presidente o presidenta. El sociólogo Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla, un partido anticorrupción surgido de las protestas civiles del año 2015, está liderando las encuestas. DW lo ha entrevistado en el marco de su gira de cierre de campaña en el interior del país, donde revela que ha reforzado su esquema de seguridad ante las amenazas.

DW: Señor Arévalo, Guatemala es un país con un alto nivel de violencia. Hubo amenazas en contra de su campaña y su persona, y en Ecuador acaban de matar a un candidato presidencial. ¿Teme usted por su vida?

Bernardo Arévalo: No tengo miedo (pausa). Porque lo que tiene que pasar, va a pasar. Y de alguna manera estamos reforzando nuestro plan de seguridad. El Gobierno mismo envíó automáticamente más agentes de seguridad para protegernos. Ahora sí, voy a tener que ponerme un chaleco antibalas, a lo que me había resistido; pero anteayer me mandé a hacer uno  para usar debajo de la ropa, porque no me queda de otra.

Cuando gane va a tener que gobernar sin mayoría en el Congreso, también va a tener a la Justicia en contra. ¿Cómo se puede crear gobernabilidad en un contexto tan adverso, sin caer en el populismo o en el autoritarismo?

Hay que cambiar la fórmula de la gobernabilidad, que en este momento pasa por negociaciones corruptas entre los partidos y el Ejecutivo, con un aparato de Justicia cooptado. Nosotros queremos crear un respaldo social sobre la base de consensos. Mucha gente piensa que hay eventos que causan cambios. Yo pienso que los eventos evidencian cambios. Y que nosotros hayamos llegado a la segunda vuelta evidencia que hay un cambio, y se necesitaba un disparador que genere el efecto catalítico. Y ese catalizador hemos sido nosotros, que dijimos que no vamos a negociar con los corruptos. Eso ha generado, después de la primera vuelta, un respaldo social espontáneo. Hubo un gran  rechazo a los intentos de manipulación y judicialización corrupta, desde el sector privado hasta el sector popular. Hay un sentimiento social que choca con la clase política, y hay que darle un espacio, no mediante el populismo plebiscitario sino creando mecanismos de trabajo donde estos sectores pueden participar. Por ejemplo, vamos a hacer una ley de  competencia, pero no la vamos a tirar a los partidos en el Congreso. Primero vamos a invitar a la sociedad a debatir. Vamos a generar consenso, y con eso la vamos a poner sobre la mesa.

Protestas en Ciudad de Guatemala contra el presidente, Alejandro Giammattei, y la fiscal general, Consuelo Porras.
Protestas en Ciudad de Guatemala contra el presidente, Alejandro Giammattei, y la fiscal general, Consuelo Porras. (24.07.2023).Imagen: Johan Ordonez/AFP

Otro problema es el presupuesto. La recaudación es 14 por ciento del Producto Interno Bruto; ni siquiera llega al promedio de América Latina, del 22%, que es bajo. ¿Van a aumentar los impuestos?

No, porque ¿cómo le vamos a pedir a la población que acepte más impuestos cuando el Estado no ha dado nada de regreso?

Se pueden aumentar los impuestos para las empresas, por ejemplo.

Pero esto conlleva otro tipo de cuestiones. Nosotros pensamos que lo primero es recuperar la confianza en las instituciones. Y segundo, la reconstrucción institucional. A partir de allí podemos discutir cuales son las tasas que necesitamos. Ahora tenemos un Estado que está a duras penas funcionando. Si tuviéramos más fondos, no tendríamos la capacidad de gastarlos, porque no hay suficiente capacidad. Vamos a tener que empezar a reconstruir los Ministerios de Agricultura y de Comunicaciones, que no sirven para nada, son grandes cajas de corrupción y clientelismo. Podríamos recaudar más, pero no ejecutar, y eso no tiene sentido político. Pero lo que sí queremos es dejar es un pacto fiscal para cuando nosotros nos vayamos. Que en el último año de gobierno, y como resultado de una discusión seria durante tres años, se alcance un pacto que eleve las tasas  a lo que es necesario, de acuerdo a los objetivos de desarrollo.

Las remesas son un factor importante para la economía de Guatemala. Al mismo tiempo, para los Estados Unidos es una prioridad frenar la migración hacia el Norte, y están presionando a países como Guatemala. ¿Cómo lidiar con esto?

Tenemos que desarrollar otro tipo de economía, menos dependiente de las remesas. Sabemos que los guatemaltecos están muy arraigados a su tierra, pero se tienen que ir porque no tienen opciones. No hay trabajo o apoyo del Estado para salir adelante, hay mucha corrupción en el aparato estatal. Esto es lo que queremos cambiar. Claro que eso no ocurre de un día para otro, pero si se transforma el contexto, podremos hasta tener un fenómeno de los migrantes regresando al país para invertir aquí.

El Estado de Guatemala tiene una deuda histórica con los pueblos indígenas. La candidata Sandra Torres les prometió un Ministerio Indígena. ¿Cuáles son las ofertas que ustedes hacen a los pueblos indígenas?

Vamos a poner el reglamento del artículo 169 del convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que prevé la consulta previa a los pueblos indígenas antes de efectuar grandes obras en sus territorios. El convenio está ratificado, solo falta ponerlo en práctica con un reglamento. El Ministerio de Asuntos Indígenas es una compartimentalización de un tema. La población indígena no es una minoría, es la mayoría del país. Nosotros vamos a tener una serie de programas que lleven el desarrollo a las comunidades más abandonadas. Estamos a favor también del Acuerdo de Escazú (sobre transparencia y protección de defensores del medioambiente), pero corresponde al Congreso ratificarlo.

¿Qué espera de Europa en este contexto? ¿Cómo podría apoyar un proceso de cambio?

Tenemos muchas ideas sobre fondos de cooperación. Ya abrimos líneas de conversación con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con Naciones Unidas, con todo el mundo, porque nos queda muy claro que tenemos que empezar a generar fondos lo más rápidamente posible, ante posibles trabas (presupuestarias) en el Congreso.

(cp)