Boateng será el protagonista principal
21 de junio de 2010Los ojos de todo el país seguirán con atención este miércoles, cuando Alemania se juegue su opción de clasificar a los octavos de final del Mundial, lo que haga Boateng, el responsable de que el capitán de la selección, Michael Ballack, tuviera que ausentarse del máximo evento del fútbol tras causarle una lesión en el tobillo derecho durante la disputa de la final de la FA Cup en Inglaterra. El volante de 23 años nacido en Berlín es ahora el máximo líder de la selección de Ghana, la encargada de dictar sentencia sobre el futuro de los alemanes, sus compatriotas, en Sudáfrica.
Fútbol al rescate
Kevin-Prince, al igual que su hermano Jeromé, dos años menor y hoy integrante de la plantilla alemana que compite en Sudáfrica, es un ejemplo del deporte como instrumento de redención social. Los dos Boateng (en especial el senior) crecieron en barrios marginales de la capital alemana y llegaron al fútbol de gran nivel a través de un programa adelantado por el club profesional Hertha Berlín, el cual se dedicó a formar a jóvenes talentos de los sectores menos favorecidos de la ciudad.
El mayor de los Boateng fue siempre el mejor futbolista, un extraordinario jugador con capacidades y habilidades inocultables; quienes lo observaron en sus primeros años en la cancha sólo podían llegar a la conclusión de que su futuro era brillante. Pero esos mismos observadores anotaron que el carácter indomable y rebelde de Kevin-Prince sería, como efectivamente ha sido, su mayor problema.
El mismo Kevin-Prince dijo una vez que el barrio donde creció sólo ofrecía tres opciones: “vender drogas, volverse criminal o ser futbolista”, y gracias al Berlín pudo escoger la última, lo cual no impidió que tuviera que abandonar el club que lo educó por graves conflictos de conducta y un enfrentamiento abierto con su entrenador, Falco Götz, luego de que éste –mal informado pero con la buena intención de adornar a su grupo con el producto del trabajo de integración en las divisiones inferiores- asegurara que los Boateng son hermanos con diferente padre.
Si Götz hubiera dicho del hermano mayor que es una personalidad excéntrica que coquetea con la imagen de “gangster” lleno de tatuajes, que comete faltas innecesarias y peligrosas para la salud del rival, y que se dedica a pasearse con mucho ruido con su Lamborghini blanco a toda velocidad por las avenidas de la capital alemana, sus declaraciones habrían sido correctas, pero la que entregó no lo era; Kevin-Prince y Jeromé son hijos del mismo padre, un emigrante ghanés, y madres distintas.
Talento alemán
En julio del 2007 Kevin-Prince Boateng, descendiente directo por lado materno del héroe del fútbol alemán Helmut Rahn, autor del gol del empate y del triunfo en la final del Mundial de 1954, abandonó después de 13 años en sus filas el Hertha Berlín con rumbo a Inglaterra, donde primero formó –sin gran suerte- en las filas del Tottenham Hotspur, que lo prestó media temporada al Dortmund donde no quisieron conservarlo, y luego en el FC Portsmouth. Ya antes de marcharse a la Premiere League, el volante se había convertido en un prometedor valor del fútbol alemán ganando en dos años consecutivos la medalla Fritz Walter al mejor jugador joven del país, en el 2005 en bronce y en el 2006 en oro.
Los destinos de los dos hermanos tomarían caminos distintos, pero no por ello los separaría pues su vinculo fraternal se mantuvo estrecho a lo largo de los años, especialmente porque en las selecciones juveniles alemanas eran invitados permanentes y de allí ambos se conocen muy bien con algunos de los miembros que representan en Sudáfrica el relevo generacional alemán: Serdar Tasci, Mesut Özil, Dennis Aogo, Toni Kroos, Sami Khedira, Manuel Neuer, Piotr Trochowski y Marko Marin fueron sus compañeros en distintas categorías inferiores.
Kevin-Prince Boateng se perdió por culpa de enfermedad la Eurocopa Sub-21 que ganó Alemania el año pasado, pero hasta el inicio del evento fue uno de los más importantes jugadores de esa selección y sólo su carácter inclinó la balanza en su contra al momento de una posible convocatoria al equipo de mayores; por eso aceptó la invitación de vestir el uniforme de Ghana en la Copa de África, donde terminó segundo, y pese a no haber vivido nunca en el país, cambió los colores de Alemania por los del país de su padre, que defiende en el Mundial, donde ahora es rival de su hermano menor.
Hermanos y rivales
El incidente con Ballack no es sólo el responsable de que Kevin-Prince Boateng sea apreciado deportivamente en Alemania como un “enemigo público”, también ha causado tensiones con su hermano menor, Jeromé, quien consideró que el árbitro debió haberle mostrado la tarjeta roja en la final de la FA Cup. Mientras el padre de ambos mencionó la provocación previa de Ballack cuando le dio una cachetada a su hijo mayor, el menor, en el seno de la selección alemana, se mantuvo a una prudente distancia ante el asedio de la prensa, y al final solicitó comprensión al decir “no quiero hablar más del tema”.
Kevin-Prince anunció sentirse traicionado por su hermano, contó a la prensa que ya no se hablan y que no sabe si alguna vez sus relaciones volverán a ser normales; Jeromé confirmó la situación y dijo “en estos momentos no tenemos nada que decirnos, entre nosotros reina el silencio y eso sucede también en otras familias, Kevin es mi hermano y seguirá siendo mi hermano, le deseo lo mejor, pero por ahora las cosas son así”.
Pocas horas antes del partido el gerente de la selección alemana, Oliver Bierhoff, dijo intentando reducir la importancia del jugador en el duelo “nosotros no jugamos contra Kevin-Prince Boateng sino contra Ghana”. De otra parte la crítica le considera el principal hombre ghanés, y la afición lleva su carga emocional a cuestas. Boateng será, sin duda, actor principal este miércoles.
Autor: Daniel Martínez
Editor: José Ospina-Valencia