Bolivia enriquece el carnaval de Bonn
2 de marzo de 2003Para ver el gran corso que pasa por Bonn se reúnen miles de personas cada año. Por las calles principales de la ciudad pasan los carnavalescos, todos disfrazados, lanzando caramelos a la multitud, siempre acompañado por el grito típico "Alaaf."
Entre payasos y piratas resalta un grupo con vestimenta roja, amarilla y verde, los colores de la bandera boliviana. En sus cabezas los bailarines llevan la tradicional corola cónica bordeada de plumas de ave. Inclinan su cuerpo hacía adelante, dan vueltas y hacen diferentes pasos al compás de la música: bailan el "Suri Sicuri", una danza que simboliza el movimiento del avestruz. Suri, llaman en aymará al avestruz y el Sikuri es un instrumento de viento andino. Es una danza ceremonial que acompañaba la caza del avestruz de las poblaciones andinas al sonido del Sikuri.
"Todos son bienvenidos"
Unos 30 bailarines participan por séptima vez en el carnaval de Bonn. "La gente de Bonn nos recibe fenomenal", se alegra Hugo Cadima, uno de los dirigentes del grupo y agrega "nuestro baile es contagioso."
Los bailarines de la Asociación tienen entre 13 y 63 años y no está compuesto exclusivamente por bolivianos. "Todos son bienvenidos en nuestro grupo", subraya Cadima, y explica que "al principio se nota que los alemanes no tienen la misma flexibilidad que tenemos nosotros, pero bailan muy bien y con mucho entusiasmo. Además, el que mejor baila es un alemán."
Agenda llena
El grupo no limita sus actuaciones a esta temporada. En la agenda de la Asociación Cultural Boliviana hay compromisos a lo largo de todo el año: participa, por ejemplo, en los carnavales de verano de Berlín y Rotterdam, para después continuar presentándose en diferentes ciudades alemanas.
Por su entrega, el grupo también recibe muchos elogios de la Embajada Boliviana, orgullosa de que la cultura boliviana se difunda en el extranjero. No obstante, Hugo Cadima lamenta la falta de apoyo concreto: "Nos gustaría que la Embajada nos ayudara más. Hasta ahora todo ha quedado en palabras."
La Pacha Mama
Hugo Cadima lleva 30 años en Alemania. Aunque hace mucho que no viaja a Bolivia, se siente muy ligado a su patria y, claro, la nostalgia siempre lo acompaña, sobre todo en esta época: "Yo soy de Oruro, la capital del carnaval boliviano." El carnaval de Oruro tiene fama mundial. En comparación con el carnaval alemán, basado sobre todo en la diversión, el carnaval boliviano es más ceremonial y lleno de sentido religioso.
La bailarina Sandra Frías, de Santa Cruz, lleva 11 años en Alemania. Ella ve aquí la principal diferencia con el carnaval alemán: "En Bolivia bailamos hasta caer muertos", dice. "Bailando sentimos esa cercanía al país, a la ´Pacha Mama´, la madre tierra. Nos sentimos más juntos, porque todos tenemos que bailar bien para que salga bien."