Brasil, tierra de gracia
La inauguración de los Juegos Olímpicos en Brasil es inminente y el “gigante sudamericano” se apresta a recibir a una avalancha de turistas. Esta galería presenta algunos de los rincones más atractivos de ese país.
Río de Janeiro
Una ciudad con dos playas legendarias: la de Copacabana y aquella inmortalizada en la canción “La chica de Ipanema”, de 1962. Ese tema todavía retrata fielmente la atmósfera que se respira en la segunda ciudad más grande del “gigante sudamericano” (6,32 millones de habitantes). Esas playas son los lugares ideales para ver y ser visto; son un imán para turistas extranjeros y cariocas por igual.
Bahía de Guanabara
Más de uno ha llorado al pasearse por Río de Janeiro y mirar el horizonte o contemplar la silueta de la ciudad mientras cae el Sol, embargado por la belleza con que se confunden el paisaje natural y el urbano. En la imagen, el gran emblema de esta urbe brasileña, el morro de Pan de Azúcar.
El morro de Pan de Azúcar
A esta ciudad le sobran las vistas espectaculares. Uno de los sitios preferidos por los turistas para llenarse los ojos de Río es el morro de Pan de Azúcar; sus visitantes han estado tomando el teleférico para llegar a su cima desde 1913. Subir a pie es una aventura reservada para los amantes de los deportes extremos...
El Cristo Redentor
La colosal estatua del Cristo Redentor tiene 30 metros de altura y está situada a 710 metros sobre el nivel del mar, coronando el cerro del Corcovado. Desde su pedestal se obtiene una vista maravillosa de Río y de la bahía. De ahí que 4.000 personas suban a diario a ese lugar.
Las distintas caras de Río
Las facetas de Río más conocidas son las que la industria turística promueve con más esmero. Pero esta es una urbe de muchas caras; una de las menos conocidas directamente por los extranjeros –y hasta por los brasileños– es la de sus favelas, donde vive un quinto de los cariocas. En algunos de estos barrios encumbrados en las faldas de las montañas hay visitas guiadas para turistas.
Las cataratas del Iguazú
Viajar a Brasil y no salir de Río es perder la oportunidad de conocer un país fascinante. En su frontera con Argentina se encuentran las cataratas de Iguazú, de las más grandes que hay en todo el mundo. Cabe comentar que la mejor vista de esta maravilla –catalogada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad– se obtiene desde el lado brasileño.
Amazonas, selva y cultura
El estado brasileño de Amazonas tiene una oferta cultural singular. Un festival de tres semanas tiene lugar cada año en su capital, Manaos, y atrae a aficionados de a la ópera de todas partes del mundo. Su sede, el Teatro Amazonas, fue construido en 1896, financiado por la industria local del caucho; es una reliquia de la época en que Manaos era conocida como “el París de los trópicos”.
El legado africano en Salvador de Bahía
Salvador de Bahía fue la capital original de la colonia portuguesa y el centro del tráfico de esclavos de Brasil durante siglos. Hoy, esa ciudad es el corazón de la cultura afrobrasileña y su latido es el sonido del tambor. Esta localidad es conocida por su atmósfera sosegada y por la capoeira, una forma de expresión corporal que mezcla música, baile, acrobacias y artes marciales.
Brasilia, una ciudad sin igual
A lo largo de su historia, Brasil ha tenido tres capitales: Salvador de Bahía, Río de Janeiro y , desde 1960, Brasilia. De las ciudades creadas completamente por urbanistas, esta es la más grande. Fue diseñada por el urbanista Lúcio Costa y el arquitecto Oscar Niemeyer. Esta urbe ha sido catalogada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. En la imagen, el Congreson Nacional de Brasil.