1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Buen clima para la economía

13 de diciembre de 2011

El clima no puede salvarse sólo con idealismo. La economía debe aportar su grano de arena. El Protocolo de Kioto ofrece un marco normativo para ello. Las empresas sacan partido de él, pero ¿también se beneficia el clima?

https://p.dw.com/p/13Rgv
La protección del medio ambiente en los países emergentes beneficia a la economía de las naciones industrializadas.Imagen: AP

No hay mal que por bien no venga. Con el estallido de la crisis económica mundial, fueron muchos los que vieron en la recesión una pequeña tregua para el medio ambiente. Con el siguiente razonamiento: una menor demanda en los mercados debería traducirse en una menor producción y, por lógica, en una reducción de las emisiones de gases contaminantes por parte de la industria y los transportes. Y, ciertamente, las emisiones globales de CO2 se redujeron durante un corto periodo de tiempo. Sin embargo, en 2010 volvieron a registrar de nuevo valores récord: se liberaron a la atmósfera más de 10.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, según informó recientemente la revista especializada "Nature Climate Change".

China Energie Kohlekraftwerk in Heilongjiang
Nuevas centrales térmicas de carbón para cubrir la creciente demanda energética en China.Imagen: Xiao Xu

El principal responsable de esta evolución hay que buscarlo en el crecimiento registrado en los países emergentes. La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por las siglas en inglés) señala, por ejemplo, hacia la India: según su análisis, el país asiático, con más de 1.500 millones de toneladas de CO2, es el tercer mayor emisor de gases de efecto invernadero de todo el mundo. Y todo ello, pese a que la India se ha comprometido a reducir drásticamente sus emisiones.

Avidez energética en las economías emergentes

Las economías en crecimiento de la China, la India o Brasil necesitan energía. Mucha energía. Dichos países siguen sin contar con las instalaciones solares, hidráulicas y eólicas necesarias para poder cubrir la demanda. Y eso que, en lo que respecta a la construcción de instalaciones eólicas, China e India figuran a la vanguardia mundial. La única alternativa factible pasa por aprovechar el carbón, el gas y el petróleo de forma todavía más eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Algo que debería hacer posible el denominado "Clean Development Mechanismus", es decir, el "Mecanismo de Desarrollo Limpio" (MDL).

Este "mecanismo de desarrollo compatible con el medio ambiente" se creó en el marco del Protocolo de Kioto. La idea era que las naciones industrializadas aportaran su tecnología para permitir a los países emergentes o en vías de desarrollo reducir sus emisiones de CO2.

MDL: ¿un juego de suma cero?

Indien Emission
Cuanto más CO2 se libera a la atmósfera, más rentable resulta el negocio de la protección del clima.Imagen: AP

Por supuesto, la ayuda de los países ricos no es totalmente desinteresada. Por su compromiso con los países en vías de desarrollo y emergentes, las naciones industrializadas -o, mejor dicho, sus empresas- consiguen certificados de emisiones expedidos por el Secretariado del Clima de Naciones Unidas. Como contrapartida a la reducción de emisiones de CO2 en los países en vías de desarrollo y emergentes, las compañías de las naciones industrializadas obtienen los denominados "créditos de emisión de carbono". Es decir, "derechos de contaminación" que pueden utilizar en sus propios países. Al fin y al cabo, los países industrializados que hayan ratificado el Protocolo de Kioto y los límites a las emisiones que en él figuran, deberán abonar la correspondiente multa por cada tonelada de CO2 que emitan de forma adicional.

Los primeros proyectos del MDL comenzaron su andadura en 2006. Casi seis años después, el balance es desigual. Es indudable que se llevaron a cabo numerosos proyectos. Sin embargo, hay que cuestionar la manera en que hasta ahora se han venido concediendo y utilizando los certificados de emisiones. Así lo cree Tina Löffelsend, directora del Departamento de Clima, Economía y Finanzas de la organización ecologista alemana BUND. Según Löffelsend, simplemente se han estado transfiriendo emisiones a otros países. "Se compran enormes cantidades de certificados de emisiones procedentes de proyectos que se habrían llevado a cabo de todas formas", afirma la experta climática. Es decir, que habría certificados permitiendo llevar a cabo emisiones adicionales que las empresas de los países industrializados se habrían sacado de la manga. ¿Es entonces el MDL un mecanismo en el que, en el mejor de los casos, los beneficios obtenidos en un lugar se acaban viendo contrarrestados por el daño que se comete en otra región del planeta?

Política climática frente a política económica

Hay expertos científicos que también son críticos con el programa. El Profesor Martin Jänicke, fundador del Centro de Investigación para Política Medioambiental de la Universidad Libre (FU) de Berlín, considera problemática la relación entre la economía y la protección del medio ambiente. En caso de duda, priman los intereses económicos. En parte, porque la protección del clima no cuenta con la suficiente capacidad política para imponerse. "La política climática no es lo suficientemente fuerte frente a los intereses económicos", argumenta Jänicke. Pero para avanzar en materia de política medioambiental, "en primer lugar hay que despertar el interés en materia de política económica".

Windenergie, Indien
Protección climática para los países industrializados: India exporta sus instalaciones eólicas.Imagen: CC/ Yodel Anecdotal

Un país en el que no se estén generando emisiones de gases contaminantes a gran escala no dispone del suficiente potencial de mercado para la implantación de la tecnología respetuosa con el medio ambiente procedente de los países industrializados. Así lo cree el Profesor Joachim Betz, experto en desarrollo de la sección de Estudios Asiáticos del Instituto GIGA, con sede en Hamburgo: "En primer lugar, un país debe ser un importante emisor de gases contaminantes para que se le tenga en cuenta".

Algunos críticos acusan a la industria de cerrar los ojos ante el aumento de la contaminación en las regiones en vías de desarrollo. Dicha estrategia tendría como objetivo ofrecer posteriormente proyectos de protección del clima del MDL para conseguir los correspondientes certificados de emisión. Sin embargo, Jänicke duda de que las empresas y la industria "dispongan de tan enorme capacidad de control sobre la situación".

La realidad es mucho más banal de lo que podría deducirse de un planteamiento como el anterior. Así, por ejemplo, empresas energéticas alemanas construyen centrales térmicas de carbón en países emergentes utilizando para ello la tecnología local, con su correspondiente potencial contaminante. Al fin y al cabo, las emisiones de CO2 de las centrales ya existentes -como en el caso de la India- es incluso superior.

Cooperación asiática

Muchas fueron las esperanzas que en su día se depositaron en la introducción del Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). Con el tiempo, sin embargo, las expectativas se han vuelto más realistas. Se ha demostrado nuevamente que sólo la voluntad política puede hacer avanzar de forma decisiva la protección del medio ambiente a nivel internacional. Y si eso no funciona a nivel global, entonces que lo haga cuando menos a nivel regional. "Los países asiáticos cooperan en el ámbito de la protección del medio ambiente mucho más de lo que se piensa", explica Jänicke.

La denominada Red Asia-Pacífico para la Investigación del Cambio Global (APN, por las siglas en inglés) reúne a expertos y personas del ámbito político de 22 países para trabajar en la sostenibilidad y la protección del clima. Los países asiáticos cooperan entre ellos y apuestan decididamente por el desarrollo de fuentes de energía renovables. En el caso de la India, invirtiendo incluso los papeles: el país asiático exporta sus sofisticadas instalaciones eólicas a países industrializados que, de esta forma, reducen sus emisiones de CO2.

Autor: Hannah Petersohn / Emili Vinagre
Editor: Emilia Rojas-Sasse