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CriminalidadPaíses Bajos

Holanda: cae un capo de la droga, pero el problema persiste

27 de febrero de 2024

Ridouan Taghi, jefe de una banda holandesa que formaba parte de un "supercártel" de la cocaína, ha sido condenado a cadena perpetua. Pero la delincuencia organizada sigue acechando en los Países Bajos.

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Un hombre armado observa un vehículo que llega al tribunal de alta seguridad de Ámsterdam (Países Bajos).
El juicio se llevó a cabo en una instalación de alta seguridad cerca del aeropuerto de Schipol.Imagen: Ramon van Flymen/ANP/picture alliance

A las afueras de Ámsterdam, dos elegantes coches negros se detienen frente a un edificio judicial custodiado por policías fuertemente armados.

Los pasajeros llegaban a "El Búnker", un centro de alta seguridad cercano al aeropuerto de Schipol donde tres hombres, entre ellos el famoso jefe del crimen organizado Ridouan Taghi, fueron condenados el martes a cadena perpetua en uno de los mayores casos penales jamás vistos en Holanda.

Los fiscales en el juicio Marengo, llamado así por una palabra clave de la operación, argumentaron con éxito que el trío de líderes de una banda criminal había ordenado o coordinado una cadena de seis asesinatos, más otros intentos de asesinato o asesinatos planificados entre 2015 y 2017. Otros 14 hombres fueron condenados a penas de cárcel de entre casi dos y 29 años. Se puso fin así a un juicio de seis años, plagado de giros y sorpresas.

Taghi, de 46 años, en su día el fugitivo más buscado de Holanda, fue extraditado desde Dubái en 2019 para el juicio. La policía dijo anteriormente que formaba parte de un "supercártel", que en un momento dado controlaba untercio del comercio europeo de cocaínay fue objeto de una importante operación encubierta internacional coordinada por Europola finales de 2022.

¿Narcoestado en los Países Bajos?

Sobre el juicio de Taghi se ciernen otras tres muertes que conmocionaron a la sociedad holandesa: el asesinato a tiros en 2021 del célebre reportero Peter R. De Vries, el asesinato en 2019 del abogado Derk Wiersum y el asesinato en 2018 del hermano de Nabil B., el testigo estrella de la fiscalía en el caso Marengo.

El periodista holandés Peter De Vries, sentado para una entrevista, con una camisa negra.
De Vries, uno de los periodistas holandeses más conocidos, fue abatido en la calle.Imagen: WDR

Los tres asesinatos fueron una advertencia para Holanda sobre la violencia de las bandas, según Saskia Belleman, conocida periodista judicial del diario holandés De Telegraaf.

"Hasta Marengo siempre pensábamos que mientras se maten entre ellos eso no tiene un impacto tan grande en nuestra sociedad", dijo. "Pero entonces mataron al hermano del testigo principal. Mataron al abogado. Y mataron al periodista más conocido de Holanda", dijo, refiriéndose a De Vries.

En 2022, las autoridades holandesas interceptaron cocaína por un valor de 3.500 millones de euros (3.800 millones de dólares), sobre todo en el puerto de Rotterdam, uno de los principales centros europeos de transporte marítimo. Las autoridades han reconocido abiertamente que mucha más cocaína entra en el país sin ser detectada, en un comercio que ha florecido en los últimos años.

"La tranquila y pacífica Holanda, donde la delincuencia organizada apenas era un problema, se compara ahora con Italia", afirma Dina Siegel, criminóloga de la Universidad de Utrecht. "Los expertos italianos son invitados regularmente a ofrecer consultas a los políticos holandeses".

Los tres asesinatos paralelos al juicio de Marengo plantearon en el debate público la cuestión de si el país se habría convertido en un "narcoestado" o un "estado mafioso", dijo a DW en un correo electrónico Siegel, que también forma parte del consejo del Centro de Información e Investigación sobre el Crimen Organizado. "El debate continúa y probablemente continuará también después del juicio".

"El tráfico de cocaína continuará" en los Países Bajos

Sven Brinkhoff, profesor de Derecho Penal de la Universidad de Ámsterdam, explicó a DW que el juicio también había afectado a quienes trabajan en el sistema judicial. "El cambio más importante es que ha sembrado el miedo en este sistema".

Tanto Brinkhoff como Siegel señalaron los recientes éxitos de las fuerzas del orden en la lucha contra el tráfico de drogas. Pero nadie tiene la impresión de que la condena de Taghi y sus socios sea el final de la historia. "El tráfico de cocaína continuará y esa es una verdad incómoda", dijo Brinkoff en un correo electrónico.

(gg/ers)