Calor en pleno diciembre: el clima cambia
6 de diciembre de 2006En las cordilleras de los Alpes europeos se vive en estos momentos el periodo más cálido desde hace 1.300 años. Las primeras actividades de la temporada de esquí que ahora comienza han tenido que suspenderse. En las pasadas tres décadas, los bloques de hielo del océano Ártico han perdido un 20% de su espesor. Si la capa helada en estas aguas continúa derritiéndose a la velocidad de los últimos 30 años, durante los meses de verano a partir de 2080 el Ártico amanecerá cada día libre de hielo. Es la práctica de lo que teóricamente se llama calentamiento global del planeta.
En la ciudad alemana de Bremen se ha celebrado hoy una conferencia climática a la que acudieron 120 científicos de 11 países europeos. Las conclusiones no son nada halagüeñas y pintan unas perspectivas de futuro sobre las que la humanidad debería recapacitar.
Derritiéndose a toda velocidad
A causa de las bajas temperaturas, recopilar datos en el Ártico no resulta sencillo. Pero lo que hasta ahora sí han podido comprobar los expertos gracias a un programa de ordenador es que éste océano se derrite a una velocidad alarmante.
El océano Ártico es muy importante para el equilibrio ecológico del planeta en su totalidad. Si en 2080 sus aguas dejan de contener hielo durante los veranos, podrían, al subir el nivel de los mares, inundarse las zonas costeras de otros continentes. El hábitat de los osos polares estaría en grave peligro. Las corrientes marinas se alterarían en todo el mundo. "Las consecuencias se sentirían hasta en el pescado que se nos sirve en la mesa", dijo Eberhard Fahrbach, director de tecnología en el Instituto Alfred Wegener de Bremerhaven.
El océano Ártico se haría transitable para los buques durante los meses de verano. Si los barcos comenzasen a navegar también el Ártico, el impacto ecológico sobre estas aguas y por ende sobre toda la Tierra sería aún mayor. Las emisiones contaminantes y la destrucción de los fondos marinos tendrían consecuencias todavía incalculables.
Observando el Ártico
Damocles, Developing Arctic Modelling and Observing Capabilities for Longterm Environmental Studies, es el tremendo nombre del nuevo proyecto en el que trabajarán 45 institutos de investigación europeos conjuntamente con Estados Unidos y Japón para observar la evolución del océano Ártico.
Damocles no solamente estudiará las aguas y el hielo, sino también el aire del este frío océano para que la imagen de lo que allí sucede, y sobre todo podría suceder en el futuro, sea más completa. El estudio será el mayor llevado jamás a cabo por científicos europeos en esta región del mundo y hará uso de toda la tecnología disponible.
Los datos se recogerán en el fondo del océano, se almacenarán en la superficie y serán transmitidos vía satélite. El satélite europeo CryoSat, que deberá entrar en funcionamiento plenamente dentro de dos años, se encargará del análisis del cielo. Y un moderno sistema de radares comprobará la evolución de la costra helada del Ártico. Así, los científicos esperan hacerse una idea general de la situación en base a la cual poder actuar.
Todavía más calor
"También en los siglos X y XII se vivieron periodos de temperaturas elevadas", comenta Reinhard Böhm. El científico austriaco estudia el aumento de las temperaturas en los Alpes europeos. "Pero desde los años 80 del siglo XX, observamos cómo los periodos de temperaturas altas son cada vez más calientes".
La culpa la tienen los humanos, sentencian los expertos. Demasiadas emisiones de CO2, demasiados gases contaminantes. "En el futuro todavía hará más calor", aseguró Böhm.