"Caso Cardenal": escritores latinoamericanos se pronuncian
18 de febrero de 2017En el 2005, en momentos en que la voz del poeta Ernesto Cardenal se alzaba con particular fuerza crítica contra el gobierno de Daniel Ortega, los órganos de justicia nicaragüenses inventaron un proceso judicial sobre una supuesta violación de contrato ocurrida antes de 1999, cuando Cardenal, considerado la voz poética más importante de Nicaragua, dirigía la Asociación para el Desarrollo de Solentiname. En 2016 se le condena al pago del equivalente a 800 mil dólares, pero el poeta y sus abogados se niegan a cumplir esa sanción y, con evidencias claras, han demostrado el amañado proceso que, entre otras irregularidades, es promovido por el mismo abogado que defendió al presidente Ortega cuando éste fue acusado de abuso sexual por su hijastra Zoilamérica Narváez.
La reacción internacional a favor del poeta no se ha hecho esperar, encabezados por el PEN Club Internacional y prestigiosos intelectuales en América Latina. Deustche Welle le ha preguntado su opinión a algunos de ellos.
Félix Luis Viera, Cuba:
"Fue una revolución muy bella, lo que pasa es que fue traicionada. Lo que hay ahora es una dictadura familiar. Eso no fue lo que apoyamos nosotros". Esta reciente declaración del poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, se refiere al término "Dictadura” porque el actual mandatario, Daniel Ortega, un aventajado alumno del castrismo y efectivo siervo del gobierno de La Habana, ha manipulado leyes y congresos de manera tal que su clan podría superar los 45 años que detentaron el poder los Somoza. El término "Familiar” tiene que ver con que, como sus predecesores somocistas, el equipo Ortega va "fortaleciéndose” en el poder: en las últimas elecciones estableció un récord para Latinoamérica. Él, Presidente; Vicepresidenta su esposa.
Así las cosas, no es de extrañar que la hayan emprendido contra un poeta de 92 años que ha dado gloria a su país y desde ese prestigio ganado es uno los más constantes críticos de Ortega y su séquito. Pero a todos los intelectuales nos queda claro que esa acción legal no pasa de ser un pretexto para desacreditar y quitar el tropiezo que representa una voz digna que ha expresado su discrepancia en muchas ocasiones, por ejemplo, contra el proyecto del llamado "canal interoceánico”, cuyo costo sería de 50 mil millones de dólares que, afirma Cardenal, "acabará con el archipiélago [nicaragüense de Solentiname], con el lago y por último acabará también con Nicaragua".
Héctor Abad Faciolince, Colombia
Cardenal tiene una larga y muy respetable trayectoria como sacerdote preocupado por su comunidad, como poeta de amor en la mejor tradición de Catulo y como luchador contra la dictadura de la familia Somoza. Ahora que un imitador de la familia Somoza (hay quienes se acaban pareciendo mucho a sus enemigos), la familia Ortega, se ha convertido en la dueña del poder, de los periódicos, de la tierra y hasta de los bancos en Nicaragua, un enemigo de las dinastías familiares corruptas (como lo es Cardenal), es por supuesto un enemigo de la corrupta familia Ortega: el tirano, su esposa funcionaria y sus hijos negociantes.
Como la familia gobernante ha copado todos los poderes del Estado, como la justicia en Nicaragua no es independiente, se usa todo ese poder de intimidación para desprestigiar y arruinar a Cardenal. Se trata de una purga de corte totalitario, inaceptable.
Juan Carlos Méndez Guédez, Venezuela
Cardenal es otra de las víctimas de ese tirano miserable que es el Comandante Daniel Ortega. Ya sabemos que en un lugar controlado por un caudillo militarista, las leyes no existen en el código penal sino el capricho del caudillo. Cardenal, poeta reconocido en el mundo entero, es ahora la presa de este gobernante hundido en la miseria más profunda de su indignidad humana y política. Resulta indispensable ser solidario con Cardenal y con todas las víctimas de la injusticia en el mundo. También con los centenares de perseguidos políticos por la dictadura chavista en Venezuela, dictadura que Ernesto Cardenal ha apoyado en innumerables oportunidades. Ojalá la situación que ahora vive el poeta Cardenal, le sirva para reflexionar sobre el autoritarismo y el mesianismo que él ha apoyado a lo largo de su vida. Es un error pensar que las únicas tiranías malas son las que tocan a la puerta de nuestra casa para arruinarnos.
Gioconda Belli, Nicaragua
Los poetas del mundo en el Festival de Poesía de Granada en Nicaragua hemos movilizado nuestras voces como un escudo alrededor de la entrañable figura de Ernesto Cardenal quien a sus 92 años merece amor y reconocimiento. Esta es una demanda absurda que no logra opacar el brillo de este hombre, que ha sido un faro de la ética y la integridad revolucionaria en nuestro país. Si algo queda de la Revolución Sandinista es Ernesto Cardenal y su poesía. No está solo.
Enrique Jaramillo Levi, Panamá
La infame persecución judicial que ha desatado el gobierno del autócrata nicaragüense Daniel Ortega contra su compatriota y antiguo compañero de lucha en el Frente Sandinista de Liberación Nacional, el sacerdote y mundialmente laureado y respetado poeta Ernesto Cardenal, de 92 años de edad, no tiene madre, como dirían los mexicanos. El odio, la prepotencia y la manipulación de las leyes que caracterizan esta acción en su absurdo proceder en contra del anciano poeta, no sólo es una vil afrenta intolerable a un muy respetado intelectual, sino que pinta de cuerpo y alma enteros al mandatario. Saña similar a la que en Venezuela practica el presidente Maduro en perjuicio del líder opositor Leopoldo López, injustamente encarcelado durante los últimos tres años en una mazmorra de su país. Mi solidaridad absoluta, en lo que valga, para el poeta Cardenal.
Elmer Mendoza, México
En los años en que Nicaragua sangraba, los versos de Cardenal eran reconfortantes. Eran la conciencia activa de una voz que traspasaba selvas, fronteras e ideologías. Eran el canto suave del quetzal y la alondra
¿Qué les pasa a los gobernantes nicaragüenses que odian la palabra?, ¿por qué se ensañan con Ernesto Cardenal, el poeta testigo de tantas luchas? No lo puedo creer. Sé que el presidente Ortega y el poeta de Solentiname tienen diferencias irreconciliables, que no miraban igual al país. Pero, ¿tanto como para llegar a esto?, ¿tan endebles eran sus recuerdos? He visto al poeta en la FIL de Guadalajara y se le notan sus 92 años, ¿no es inhumano, señor presidente, señora vicepresidente, permitir que le apliquen esa multa tan atroz?
No debemos permitir este abuso, esta arbitrariedad, esta violencia contra una persona que ya es parte de la historia de América Latina.