Catástrofe socialdemócrata en elecciones europeas
14 de junio de 2004Notable es la coincidencia en la interpretación que hacen los políticos de gobierno y oposición de las primeras cifras entregadas al término de la votación para el Parlamento Europeo en Alemania: ambos bandos achacan por igual los resultados a la política llevada a cabo por el gobierno del canciller Gerhard Schröder. Si bien los números que se manejan al cierre de los locales electorales son sólo proyecciones, la tendencia es clarísima: el partido socialdemócrata habría bajado del 30,7% obtenido en los pasados comicios europeos de 1999 a una cifra entre el 21 y el 22%. Las proyecciones dan como amplia triunfadora a la Unión Cristiano Demócrata- Cristiano Social (CDU-CSU), con algo menos del 45% de los votos, si bien los conservadores perdieron algunos puntos con respecto al comicio europeo anterior.
SPD reconoce la derrota
Aún antes de conocerse los resultados definitivos estaba claro que no podían revertirse. La diferencia era demasiado holgada. El candidato que encabeza la lista socialdemócrata en Alemania, Martin Schulz, reconoció con tristeza haber recibido un duro golpe. Según dijo, "una vez más" las elecciones para el Parlamento Europeo fueron utilizadas, al igual que en otros países, para hacer un "balance de los gobiernos en funciones".
Similar es la apreciación del bando contrario. El jefe de la Unión Cristiano Social (CSU) y primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber, evaluó el resultado como una "debacle" para la alianza de socialdemócratas y verdes, puntualizando que "esta coalición ya no tiene mayoría". Hizo notar, además, que el aumento de votos registrado por Los Verdes (de un 6,4% logrado en 1999 a cerca de un 12%) no cubre ni siquiera la mitad de las pérdidas sufridas por el SPD.
Récord de abstención
Los analistas, en principio, les dan la razón. De acuerdo con el instituto demoscópico Forschungsgruppe Wahlen, un 51% de las personas que acudieron a las urnas declaró guiarse por consideraciones de política interna alemana a la hora de votar. Únicamente un 43% antepone reflexiones directamente ligadas al ámbito europeo. En consecuencia, buena parte del éxito de los cristianodemócratas obedecería a su clara crítica al gobierno germano federal.
Entre los más satisfechos de esta jornada electoral alemana se cuentan, por otra parte, los liberales del FDP, que logró regresar al Parlamento Europeo después de una década de ausencia, al obtener alrededor de un 6% de la votación. También la izquierda tiene motivos de satisfacción, ya que el PDS conseguió mantener su posición, con cerca del 6%. Pero el gran triunfador, como se temía, fue el abstencionismo. Los cómputos indican que la participación ni siquiera alcanzó el 45,2%, que hace 5 años ya había supuesto un récord de desinterés por estos comicios.