Centro de Simuladores Nucleares: ¿la seguridad del futuro?
16 de febrero de 2022A finales de año se cierran en Alemania las tres últimas centrales nucleares de Emsland, Isar 2 y Neckarwestheim 2. No solo en Emsland, Baja Baviera y Baden Wurtemberg, sino también a muchos kilómetros de allí, en Renania del Norte-Westfalia, se desconectarán los últimos enchufes.
Hasta finales de 2022, los empleados pueden aún entrenar, en cursos de capacitación, cómo operar de manera segura esas tres centrales nucleares bajo todo tipo de condiciones, e incluso realizar la llamada "Desconexión Rápida de Reactores” (RESA, por sus siglas en alemán).
Antes de la catástrofe de Fukushima, explica a DW el ingeniero y capacitador Dietmar Dusmann, "teníamos 14 simuladores especiales para cada central, una copia fiel de las centrales nucleares reales".
El Centro de Simuladores Nucleares de Essen fue durante mucho tiempo el mayor de su tipo en el mundo, y sus competencias siguen siendo solicitadas por el sector energético nuclear en todo el globo, aún luego del cierre de centrales en Alemania.
En el simulador, se realizarán, también en los próximos años, entrenamientos para equipos de la central nuclear Borssele, de Países Bajos, que producirá electricidad hasta mitades de la década siguiente. "Aparte de esa central nuclear”, explica a DW Olaf Coordes, director ejecutivo del establecimiento en Essen. "Acompañamos también a las dos centrales en Gösken y en Leibstadt, en Suiza", agrega.
Además, los expertos de Essen cumplirán una misión en Finlandia. "Capacitaremos al equipo principal en Olkiluoto", una central nuclear recientemente construida que entró en funcionamiento a principios de año, precisa Coordes.
En el simulador de Essen, de seis pisos, se pueden recorrer las centrales nucleares existentes desde el sur hasta el norte de Alemania. "Cada simulador, es decir, cada sala de control, copia fiel de las reales, cuesta hoy entre 15 y 20 millones de euros", señala Dietmar Dusmann.
En el centro de la Sociedad de Simuladores de Centrales Nucleares (KSG) y la Sociedad para la Investigación de Simuladores (GfS) se llevaron a cabo cerca de 600 cursos de hasta 2.000 participantes por año. Detrás de la KSG y la GfS están las compañías de electricidad Elektra, RWE, Vattenfall, EnBW y la socia holandesa EPZ.
El simulador de Brokdorf (central nuclear en el norte de Alemania), por ejemplo, quedó "en parte desmantelada". Muchos de los repuestos están ya camino a la central nuclear, "donde aún pueden ser aprovechados", indica el ingeniero.
Después de todo, explica Bert Poeten, un capacitador con años de experiencia, cuando se apaga una central nuclear, no se gira simplemente la llave y se desconecta la electricidad. "Es decir, que los equipos operativos serán necesarios en el sitio durante muchos años para desmantelar la planta de energía hasta que se convierta nuevamente en campos verdes".
Competencia para nuevas áreas de negocio
La sala de control del simulador en la central nuclear de Grohnde sigue funcionando. En tableros de distribución de un metro de largo en la pared, luces intermitentes muestran el estado del reactor según lo registrado por la computadora. Desde la iluminación del techo hasta los paneles de control, las dimensiones y el mobiliario del simulador son exactamente iguales a los originales.
Después de que las plantas de energía nuclear se cerraran paso a paso a lo largo de los años, rápidamente se notó que "tampoco se necesita el simulador. Es costoso de mantener", dice Dietmar Dusmann, al describir ese desarrollo. Con alrededor de 80 empleados en la actualidad, la facturación anual del centro de simuladores ronda los 20 millones de euros, según el director general Coordes. En tiempos de mucho trabajo, se logró el doble con 180 empleados.
Así que, con la eliminación gradual de la energía nuclear, el Centro de Simuladores de Essen lanzó nuevas marcas comercializables gracias a su experiencia en todas las facetas críticas de la seguridad. Los responsables desarrollaron otras perspectivas de trabajo relacionadas con la energía nuclear, pero también más allá de ella. Con cuatro marcas independientes, bajo las siglas EKu, se han abierto nuevas áreas de negocio.
EKu significa "Essen Kupferdreh”, es decir, el distrito donde tiene su sede la empresa. Claudia Strüber, directora de Marketing, explica que la marca EKu.SAFE sirve al sector de recursos humanos. "Es decir, a los estándares de comportamiento que hemos adoptado de la energía nuclear y que estamos desarrollando para nuevas áreas de negocio". Se trata de una formación conductual para el personal de las áreas responsables en situaciones críticas. También para los equipos quirúrgicos de los hospitales. Un programa basado en experiencia en la construcción de salas de control de energía nuclear.
A eso se suman tres otras áreas de negocios. EKu.LOC, por ejemplo, ofrece a los clientes, con otro emplazamiento en Múnich, la posibilidad de contar con infraestructuras de tecnología informática en todo momento, y la disponibilidad de datos y aplicaciones para la seguridad en casos críticos.
En vista del aumento de ciberataques, EKu.SEC ofrece cursos de capacitación para que las empresas optimicen la seguridad de la información y aseguren las estructuras de suministro. Este es también un terreno con el que los expertos del centro de simuladores están familiarizados.
Eku.SIM se dedica a construir simuladores para otros sectores, como fábricas de acero. "Nos animamos a los simuladores en todas las áreas", asegura Dusmann.
(cp/rml)