"China retrocede en materia de derechos humanos"
1 de diciembre de 2015La justicia china concedió la libertad condicional por motivos médicos a la periodista Gao Yu, condenada y encarcelada desde abril por haber filtrado supuestos secretos de Estado. Las autoridades chinas nunca explicaron de que información confidencial se trata. Según medios oficiales chinos, Gao filtró una circular interna del Partido Comunista chino, en la que se advertía sobre los peligros de la democracia al estilo occidental y se pedía a los cuadros del partido combatir las siete influencias subversivas, entre ellas, los derechos humanos y la libertad de expresión. Estados Unidos pidió la liberación de Gao Yu y la Unión Europea una revisión del juicio. Gao Yu trabajó como comentarista política en DW. Desde la llegada del presidente, Xi Jinping al poder, ha emprendido una ola de represión que ha limitado el espacio de la sociedad civil en China.
Deutsche Welle: La periodista Gao Yu podrá cumplir su condena fuera de prision. ¿Tuvo lugar un proceso conforme al Estado de Derecho?
Christoph Strässer: No según nuestra percepción. Observamos el proceso a través de la embajada alemana en Pekín y nos enteramos de la confesión de Gao. La revisión del proceso en las últimas semanas ni siquiera fue pública. Se trata de estándares que valen para todos los Estados del mundo, por lo que consideramos que no hubo un proceso conforme al Estado de Derecho.
¿Cree usted que la presión internacional y mediática ayudó a Gao Yu?
Es difícil determinar qué condiciones fueron las que hicieron posible un ablandamiento de Pekín. Nosotros insistimos en que tan sólo desde el punto de vista humanitario era importante que Gao Yu obtuviera una amplia atención médica. Ella padeció otro ataque cardiaco en octubre.
¿Tiene algún sentido que Alemania mantenga un diálogo con China sobre Derechos Humanos?
Si termináramos con ese diálogo, no sabría yo de qué manera podríamos hacer ver a la parte china de manera clara, que la defensa de los derechos humanos en el ámbito político y social es muy importante.
¿No seria más efectivo que la canciller Angela Merkel hable con su homólogo, el primer ministro Li Kequiang directamente sobre estos casos?
Yo supongo que lo hace. No estoy presente en esos encuentros. Pero hasta donde sé, tanto en los preparativos de las delegaciones, como en los reportes del ministro del Exterior y de la canciller, me entero de que abordan estas cuestiones, y por eso hay que continuar esta diplomácia del diálogo.
China y Alemania son socios estratégicos en todas las áreas, sobre todo en economía, comercio e innovación. ¿Se puede criticar a los socios públicamente?
Es una buena base para una sana relación entre socios. Los chinos lo saben claramente, que hay diferencias y que éstas se agudizan en la universalidad de los derechos humanos.
Usted advierte que hay un retroceso en materia de DD. HH. en China. ¿Por qué?
En el verano de 2015 fueron detenidos más de 300 abogados y sus colaboradores por haberse comprometido a favor de los derechos humanos y civiles. Siguen estando 30 de ellos en prisión. Cuando preguntamos de que se les acusaba, nos dieron una respuesta lapidaria: que se trataba de una banda de criminales. Para todos los que observamos China se trata de una nueva dimensión.