Cien días de Obama: los acentos esperados están puestos
29 de abril de 2009Hace cien días, el demócrata Barack Obama asumió el cargo como presidente de Estados Unidos y los balances de los poco más de tres meses de su mandato llenan la prensa. “En cien días ha movido más que, en su tiempo, Roosevelt", asevera el diario alemán Die Welt. Por su parte, el semanario alemán Focus titula “Como Mr. Change ha cambiado Estados Unidos”. Sean como fueren el color y la profundidad de los análisis, la primera revisión de las decisiones del nuevo presidente de Estados Unidos incluye necesariamente una lista de acciones y medidas cuyo tamaño, para tan corto tiempo, es considerable.
En sólo cien días
Desde que el 20 de enero asumiera el poder, Barack Obama y su gabinete han enfrentado la crisis económica y financiera mundial: un paquete de medidas coyunturales para paliarla y programas de salvataje para los bancos, la industria automovilística y el mercado inmobiliario han salido de la Casa Blanca.
El prometido cierre de la prisión de Guantánamo en la base norteamericana de la isla de Cuba y el cese de las torturas fue la primera acción de su administración. A esto se une una redefinición de la “lucha contra el terrorismo” y la oferta de diálogo a Irán. A la vez que anuncia la retirada de Irak, se habla del envío de más tropas a Afganistán con el fin de lograr pacificar la región.
La gran ofensiva de Estados Unidos en cuanto a las relaciones internacionales, incluye América Latina. También, el anuncio de que se reabre la posibilidad de viajar a Cuba y el envío de remesas, acompaña en general un clima de deshielo con La Habana. Se empieza a especular con el definitivo fin del embargo.
Y, la llamada “revolución verde de Obama” comienza por el reconocimiento del cambio climático como una amenaza, el anuncio de medidas para reducir las emisiones de efecto invernadero y el anuncio de medidas para fomentar energías alternativas.
Buenas acciones, pero se necesita más
Todas estas medidas en tan corto tiempo significan, en palabras de Der Spiegel, “una revolución a toda velocidad”. Por su parte, Daniel Hamilton, director del Centro para Relaciones Trasatlánticas en Washington, aseveró a la emisora alemana Deutschlandfunk que “han sido 100 días buenos”. Amnesty International elogia el cierre de Guantánamo, reconoce la importancia de esta decisión, subraya sin embargo que se requiere más para acabar con la herencia política de su antecesor, el ex presidente Bush. Y en cuanto a cambio climático, el ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, alabó la gestión del gobierno Obama; “la diferencia con su antecesor es como la del día y la noche”; pero, a pesar del avance, Gabriel exige más y más estrictas medidas en el campo de la reducción de emisiones de CO2.
Buenas relaciones con Europa indispensables
El nuevo tono que introdujo Barack Obama en la Casa Blanca causa buena impresión internacionalmente, sobre todo en Europa. Según Karen Donfried, vicepresidenta del German Marshall Funds, esta ofensiva de encanto no sólo tiene que ver con la personalidad del presidente, sino con una estrategia clara: “si el presidente quiere sacar la economía de la recesión, pacificar las regiones en crisis, atraer a los “estados canallas” hacia la comunidad internacional y lograr una nueva política en cuanto al clima, necesita a Europa. A pesar de que a menudo no existe en realidad una política europea común, en ciertos temas importantes como el cambio climático se ha logrado un consenso”.
.En sus primeros 100 días, el Gobierno de Barack Obama ha sentado claras bases para una renovada cooperación de Estados Unidos con Alemania y Europa. “Básicamente, el Gobierno de Estados Unidos desea una Europa fuerte”, opina Jackson Janes, director del American Institute for Contemporary German Studies, para quien las relaciones de Estados Unidos con Rusia y Afganistán pasan necesariamente por Alemania y Europa.
“En cuanto a contenidos esto no es nada nuevo, sino una continuación de la más reciente política estadounidense hacia Europa. Pues, hacia el final de su mandato, incluso el ex presidente George W. Bush reconoció que no se puede sin los europeos”, explica Janes y puntualiza: “La diferencia radica en el tono, no en la práctica”. Por el contrario, Hamilton resalta que tres meses no es mucho tiempo y que lo único que cabe esperar es que se pongan acentos y “el presidente, desde el primer día de mandato, comenzó a ponerlos”.
Autora: Mirra Banchón
Editor: Pablo Kummetz